Queridos hermanos: Paz y Bien
Aprovecho las nuevas tecnologías para, lo primero, desearos unas Felices Pascuas. Estamos en los cincuenta días en los que celebramos nuestra fe de una manera muy especial. La Resurrección del Señor es lo que da sentido a todo lo que vivimos como cristianos.
Especialmente todo lo que sentimos y compartimos en la Cuaresma y la Semana Santa, donde celebramos y recordamos el misterio del amor de Jesús por cada uno de nosotros. Aunque no lo merecemos.
Por eso también quería aprovechar para daros las gracias y felicitaros. He visto una cofradía y a unos hermanos que tienen muy claro cómo ayudar a toda la comunidad cristiana a vivir su fe. Como vuestro compromiso y vuestro trabajo ha dado como resultado unos actos de culto muy intensos. Gracias por dejarme compartirlo con vosotros. Gracias, de manera especial, por darme la oportunidad de “pujar”. Una experiencia nueva que me ha ayudado.
Lo más bonito de nuestra fe es que podemos ir mucho más allá de celebrar la Semana Santa. Nuestra fe, por definición, es Pascual y hemos de aprovechar lo vivido para saborear la fiesta de la Resurrección.
Cristo no solo murió en la cruz; al tercer día resucitó, como rezamos tantas veces el Miércoles Santo por las calles de León. La Semana Santa son días nos han de ayudar a celebrar nuestra fe. No solo hay que cargar la cruz. Hay que encontrarse con el Resucitado, como nos han recordado los últimos Papas, en especial Francisco.
Algo que parece obvio, pero que no debería serlo. Jesús vive. Es una persona concreta, con una historia concreta y un mensaje concreto. Si nos inventamos el mensaje de Jesús, si solo nos quedamos con aquello que nos gusta o que supone un beneficio para nuestra conciencia no estamos encontrando a Jesús. Si olvidamos las partes del mensaje de Jesús que complica la vida nos estamos alejando de Él y creando un ídolo de madera, que poco tiene que ver con lo que celebramos.
Os invito, y me invito, a que aprovechemos estas semanas de Pascua para vivir nuestra fe. Para aprender, como hicieron los testigos, lo que significa y cómo transforma nuestra vida la presencia del Resucitado cerca de nosotros. Tenemos que escuchar con fe que Jesús vive, como hicieron los Apóstoles con el anuncio de la Magdalena. Tenemos que saber que el Crucificado y el Resucitado son el mismo, como aprendió Tomás al meter el dedo en las llagas. Y tenemos que compartir el pan con él y con los demás, como aprendieron los discípulos de Emaús.
Si buscamos al Señor lo encontraremos. Y si lo encontramos nuestra vida solo puede cambiar. El será el Buen Pastor que nos guía y protege. Pero que también nos sigue llamando e invitando a estar con él para que continuemos la obra que el inició. Su resurrección inauguró el Reino; pero es a nosotros a quien nos toca construir y dar plenitud. Mi granito de arena, mi piedrecita o mi ladrillo podrán parecer poco en la inmensidad de lo que hay que hacer. Pero solo yo puedo aportar lo que estoy llamado a construir.
Os invito a que sigáis siendo hermanos, que vuestro compromiso cofrade no tome vacaciones hasta el año que viene. Seguid siendo el buen testimonio que tanto necesita nuestra sociedad. El de cristianos comprometidos, coherente y felices.
Paz y Bien. FELICES PASCUAS
Aprovecho las nuevas tecnologías para, lo primero, desearos unas Felices Pascuas. Estamos en los cincuenta días en los que celebramos nuestra fe de una manera muy especial. La Resurrección del Señor es lo que da sentido a todo lo que vivimos como cristianos.
Especialmente todo lo que sentimos y compartimos en la Cuaresma y la Semana Santa, donde celebramos y recordamos el misterio del amor de Jesús por cada uno de nosotros. Aunque no lo merecemos.
Por eso también quería aprovechar para daros las gracias y felicitaros. He visto una cofradía y a unos hermanos que tienen muy claro cómo ayudar a toda la comunidad cristiana a vivir su fe. Como vuestro compromiso y vuestro trabajo ha dado como resultado unos actos de culto muy intensos. Gracias por dejarme compartirlo con vosotros. Gracias, de manera especial, por darme la oportunidad de “pujar”. Una experiencia nueva que me ha ayudado.
Lo más bonito de nuestra fe es que podemos ir mucho más allá de celebrar la Semana Santa. Nuestra fe, por definición, es Pascual y hemos de aprovechar lo vivido para saborear la fiesta de la Resurrección.
Cristo no solo murió en la cruz; al tercer día resucitó, como rezamos tantas veces el Miércoles Santo por las calles de León. La Semana Santa son días nos han de ayudar a celebrar nuestra fe. No solo hay que cargar la cruz. Hay que encontrarse con el Resucitado, como nos han recordado los últimos Papas, en especial Francisco.
Algo que parece obvio, pero que no debería serlo. Jesús vive. Es una persona concreta, con una historia concreta y un mensaje concreto. Si nos inventamos el mensaje de Jesús, si solo nos quedamos con aquello que nos gusta o que supone un beneficio para nuestra conciencia no estamos encontrando a Jesús. Si olvidamos las partes del mensaje de Jesús que complica la vida nos estamos alejando de Él y creando un ídolo de madera, que poco tiene que ver con lo que celebramos.
Os invito, y me invito, a que aprovechemos estas semanas de Pascua para vivir nuestra fe. Para aprender, como hicieron los testigos, lo que significa y cómo transforma nuestra vida la presencia del Resucitado cerca de nosotros. Tenemos que escuchar con fe que Jesús vive, como hicieron los Apóstoles con el anuncio de la Magdalena. Tenemos que saber que el Crucificado y el Resucitado son el mismo, como aprendió Tomás al meter el dedo en las llagas. Y tenemos que compartir el pan con él y con los demás, como aprendieron los discípulos de Emaús.
Si buscamos al Señor lo encontraremos. Y si lo encontramos nuestra vida solo puede cambiar. El será el Buen Pastor que nos guía y protege. Pero que también nos sigue llamando e invitando a estar con él para que continuemos la obra que el inició. Su resurrección inauguró el Reino; pero es a nosotros a quien nos toca construir y dar plenitud. Mi granito de arena, mi piedrecita o mi ladrillo podrán parecer poco en la inmensidad de lo que hay que hacer. Pero solo yo puedo aportar lo que estoy llamado a construir.
Os invito a que sigáis siendo hermanos, que vuestro compromiso cofrade no tome vacaciones hasta el año que viene. Seguid siendo el buen testimonio que tanto necesita nuestra sociedad. El de cristianos comprometidos, coherente y felices.
Paz y Bien. FELICES PASCUAS
Gracias Fray Emilio por tus hermosas palabras y por tenerte entre nosotros. Paz y Bien.
ResponderEliminarGracias por aguantarme jejeje
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