Monseñor Ramiro. Gracias

En diciembre del 2000 fui por primera vez a Venezuela. Iba a una comunidad indígena llamada Los Ángeles del Tukuko. Lo único que conocía era alguna foto y a Benjamín, que entonces era el párroco de la Sagrada Familia en el barrio de Funda, en Machiques.

Al poco de llegar me dijeron que me iban a presentar al obispo. Hasta ese momento no había hablado personalmente con ninguno. Algo de miedo tenía. Fuimos al palacio episcopal y lo primero que hizo Monseñor Ramiro fue invitarme a tomar un refresco mientras que veíamos un poco la televisión.

Vamos que fue todo lo contrario a lo que se suponía que tenía que ser un obispo. Eso pensé entonces. Con las semanas y con los años, al tratar con él y con otros dos obispos misioneros (Felipe González y Alfonso Guerrero), me he dado cuenta que Ramiro es lo que se supone que tiene que ser un obispo: cercano, sencillo, franco, trabajador, preocupado, viajero, fraterno, alegre. Y muchas más cosas que para Ramiro son cotidianas.

Mañana 18 de junio, Ramiro finaliza una etapa de su vida. Mañana Alfonso Guerrero, hasta ahora Vicario Apostólico del Caroní, tomará posesión de la nueva diocesis de Machiques (ya hablamos de ello aquí). Ramiro se tiene que ir con la sensación de haber realizado su misión bien. Ha fortalecido la presencia de la Iglesia en esa zona de Venezuela, ha defendido a los indígenas frente a todos los que pretendían usar para beneficio propio o que abusaban de ellos, ha luchado por su grey perijanera. Se ha ganado el corazón de todos los que son buena gente en la zona.

Y sobre todo deja un testimonio de una jerarquía sencilla, cercana, que es hermana de todos los que están cerca.

A través del perfil de Facebook de un fraile venezolano he descubierto que le han hecho un pequeño reportaje con motivo de los 50 años de vida sacerdotal de este religioso de los Oblatos de María Inmaculada. También sirve como homenaje a todos sus años de servicio en el Vicariato, tanto en Casigua, como Villa del Rosario en las que fu párroco, como su entrega como Vicario Pastoral.

Este post es una forma personal de darle las gracias por ver aspectos de la vida eclesial que en España no es posible ver. Ha conseguido convencerme de que hay utopías que se pueden vivir si se hace desde lo pequeño, lo que no parece importante por el simple hecho de que se hacen por amor.

Gracias monse,. Gracias Ramiro

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