Señor, la bondad de los otros
a veces nos llena de desconfianza.
Nos cuesta creer que
que nuestros amigos y familiares
puedan ser personas excepcionales.
Cuesta aceptar
que los que han crecido con nosotros
puedan hacer milagros y cambiar la sociedad.
Que sepamos arropar y animar
a nuestros profetas.
Señor, que sepamos verte y escuchar tu Palabra
cuando llegas a nosotros
a través de nuestros hermanos y vecinos.
Que nuestro servicio a la comunidad cristiana sea creíble.
Que actuemos con la autoridad
que nos da sabernos enviados por Ti.
Que a lo largo de esta semana, Señor,
tengamos la paciencia y actuemos con humildad.
Que sepamos reconocer nuestros errores
y seamos conscientes que sigues hablando
a través de nuestras palabras
y curando a través de nuestras manos.
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