Este es el título de un libro que acabo de leer. Su autor es Gustavo Martín Garzo, escritor nacido en Valladolid. He leído algún otro libro suyo y todos me han gustado. Se trata de una preciosa novela. Para no destriparla e invitaros mejor así a su lectura, os copio sólo el inicio:
"Las ropas de José revelaban su pobreza. Una túnica que le caía a pedazos, atada con un cinturón de lino, y una gorra de fieltro descolorido similar a la de los griegos. Era muy anciano, y sus manos se habían vuelto pesadas y torpes para trabajar la madera. Apenas ganaba para vivir, pero tampoco necesitaba mucho. La comida era barata y cualquier cosa le satisfacía: encurtidos dulces, frijoles, pan de trigo y membrillo en conserva. Se había dejado crecer la barba pero, a pesar de sus maneras hurañas, la expresión de sus ojos seguía siendo melancólica y dulce, como si estuvieran cuajados de recuerdos. Vivía en las afueras de Nazaret. No en la misma casa que había ocupado durante años, en compañía de María y Jesús..."
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