Este lunes, coincidiendo con el día de Témporas y Acción de Gracias dimos inicio oficial al curso pastoral 2008-2009, con todos los cambios que ya sabemos. En la homilía de la misa Benjamín hizo una relación entre las distintas cosas que se celebraban ese día.
En las sociedades agrícolas es la época en la que casi todas las cosechas están recogidas, por lo que es tiempo de agradecer, tiempo de conversión y tiempo de petición. Agradecer lo recibido, que es mucho, como nos comentaba la primera lectura tomada del Libro del Deuteronomio; tiempo de converión, de volver al Señor en aquellos aspectos en los que no somos fieles, como nos recordaba san Pablo; y tiempo de pedir lo necesario para subsitir, como nos ha recordado el propio Jesús en el Evangelio.
También, nos recordó, es bueno recordar los evangelios que hemos ido proclamando estas semanas en la que Jesús utilizaba la imagen de la viña. Hace dos domingos cuando nos hablaba de esa "búsqueda" que hace el Señor para contratar a todos los que pueda, pagando el mismo sueldo. La semana pasada hablandonos de la necesidad de trabajar en la viña con el ejemplo de los dos hermanos; y este domingo pasado hablándonos de los riesgos de no trabajar bien para el Señor.
Son tres parábolas que podemos tener en cuenta porque es muy fácil ver la relación que existe entre la viña y el Reino de Dios. Y si no se quiere ir tan lejos entre la viña y la parroquia.Y la parroquia tiene un trabajo pastoral que hacemos todos, no solo los sacerdotes, y que además nos tiene que servir de motivación para seguir adelante. Precisamente porque eso es lo que nos pide el Señor desde el momento que nos contrata y nos envía a trabajar en su viña . Y en esta labor parroquial siempre son necesarias las personas, todos y cada uno. Puso como ejemplos concretos la necesidad de catequistas, de voluntarios para Cáritas, además de la colaboración económica, que siempre es necesaria. O en el grupo de la Pastoral de la Salud, para visitar a los enfermos de la Parroquia, o en el grupo de Liturgia para hacer más viva y participativa nuestras celebraciones.
Porque cada uno tiene la necesidad y la obligación de desarrollar la coación que Dios le ha dado en su comunidad de fe, en su parroquia, en nuestra parroquia.
Y la parroquia no es otra cosa que una "Comunidad de comunidades", donde vive la fe un grupo pequeño de la gran comunidad cristiana. POr eso todos somos responsables. No sólo los sacerdotes tienen responsabilidad en la parroquia, sino que todos porque todos somos de la misma comunidad. De ahí la necesidad de que cada uno se pregunte: "¿YO que hago para que la parroquia sea mejor?".
Por eso, en este día de Témporas hay que pedirle al Señor: Primero, que seamos más los implicados en la construcción de la Parrouquia; segundo, que formemos cada vez más una comunidad de fe desde la fe que compartimos. También hay que darle gracias a Dios por lo que ya se ha hecho, por nuestra historia, ya que la parroquia no arranca ahora, sino que tiene una trayectoria de vida y de trabajo. Y, no menos importante, hay que convertirnos a Dios. Dejar atrás lo que no ha servido y los errores y mejorar para construir una parroquia más viva.
También es momento de agradecer el esfuerzo que todos vamos a realizar para que eso se pueda vivir.
Si queréis escuchar la homilia pulsar en el icono que hay debajo. Tarda unos segundos en arrancar
En las sociedades agrícolas es la época en la que casi todas las cosechas están recogidas, por lo que es tiempo de agradecer, tiempo de conversión y tiempo de petición. Agradecer lo recibido, que es mucho, como nos comentaba la primera lectura tomada del Libro del Deuteronomio; tiempo de converión, de volver al Señor en aquellos aspectos en los que no somos fieles, como nos recordaba san Pablo; y tiempo de pedir lo necesario para subsitir, como nos ha recordado el propio Jesús en el Evangelio.
También, nos recordó, es bueno recordar los evangelios que hemos ido proclamando estas semanas en la que Jesús utilizaba la imagen de la viña. Hace dos domingos cuando nos hablaba de esa "búsqueda" que hace el Señor para contratar a todos los que pueda, pagando el mismo sueldo. La semana pasada hablandonos de la necesidad de trabajar en la viña con el ejemplo de los dos hermanos; y este domingo pasado hablándonos de los riesgos de no trabajar bien para el Señor.
Son tres parábolas que podemos tener en cuenta porque es muy fácil ver la relación que existe entre la viña y el Reino de Dios. Y si no se quiere ir tan lejos entre la viña y la parroquia.Y la parroquia tiene un trabajo pastoral que hacemos todos, no solo los sacerdotes, y que además nos tiene que servir de motivación para seguir adelante. Precisamente porque eso es lo que nos pide el Señor desde el momento que nos contrata y nos envía a trabajar en su viña . Y en esta labor parroquial siempre son necesarias las personas, todos y cada uno. Puso como ejemplos concretos la necesidad de catequistas, de voluntarios para Cáritas, además de la colaboración económica, que siempre es necesaria. O en el grupo de la Pastoral de la Salud, para visitar a los enfermos de la Parroquia, o en el grupo de Liturgia para hacer más viva y participativa nuestras celebraciones.
Porque cada uno tiene la necesidad y la obligación de desarrollar la coación que Dios le ha dado en su comunidad de fe, en su parroquia, en nuestra parroquia.
Y la parroquia no es otra cosa que una "Comunidad de comunidades", donde vive la fe un grupo pequeño de la gran comunidad cristiana. POr eso todos somos responsables. No sólo los sacerdotes tienen responsabilidad en la parroquia, sino que todos porque todos somos de la misma comunidad. De ahí la necesidad de que cada uno se pregunte: "¿YO que hago para que la parroquia sea mejor?".
Por eso, en este día de Témporas hay que pedirle al Señor: Primero, que seamos más los implicados en la construcción de la Parrouquia; segundo, que formemos cada vez más una comunidad de fe desde la fe que compartimos. También hay que darle gracias a Dios por lo que ya se ha hecho, por nuestra historia, ya que la parroquia no arranca ahora, sino que tiene una trayectoria de vida y de trabajo. Y, no menos importante, hay que convertirnos a Dios. Dejar atrás lo que no ha servido y los errores y mejorar para construir una parroquia más viva.
También es momento de agradecer el esfuerzo que todos vamos a realizar para que eso se pueda vivir.
Si queréis escuchar la homilia pulsar en el icono que hay debajo. Tarda unos segundos en arrancar
Comentarios
Publicar un comentario