A María (VIII)

Al alba

Nunca entenderé, María
cómo en ti pensó el Señor.
Nunca entenderé, María,
cómo el Señor te escogió.

¿Cómo se hace, María,
para así gustarle a Dios?
¿cómo sería tu alma
para amarte a ti al Señor?

¿Cómo sería tus ojos
que tanto el Señor amó?
¿Cómo sería tu mirada
si tu ser era de amor?

¿Cómo serían tus manos
que tanto al Señor amó?
¿cómo serían de hermosas
si estaban hechas de amor?

¿Cómo sería tu alma
que al Señor enamoró?
¿Cómo sería de hermosa
si tu alma era oración?

¿Serías como la música?
¿Serías como una flor?
¿Serías un pajarillo
quizás un tierno gorrión?

Yo no lo acierto, María,
músicoa, gorrión, flor.
Sólo sé que un día al alba
Dios de ti se enamoró

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