A ti... Madre
Como madre me educaste
me diste tanto de ti...
que aunque yo te abandone
tanto de ti quedó en mi.
Tan pequeña me enseñaste
a escuhcar a Dios en mí
a saber a estar a solas
confiando tanto en ti.
Me enseñaste la obediencia,
bella, sí desde el amor,
sabías de mis angustías
tú veías mi interior.
He llorado en tu regazo
sintiendo en mí tu calor,
volviendo la paz a mí
dejando en ti mi dolor...
Me enseñaste a ser sensible
a lo bellos que hace Dios
a ser su amor en la brisa
en el niño y en la flor.
Me enseñaste a estar atenta
al amor y al dolor
que mi mano esté abierta,
abierto mi corazón.
Me educaste en el amor.
puesto en mí tu carazón,
me dijiste que tu Hijo
era hombre y era Dios.
Y mientras recuerdo esto,
madre mía, con dolor
pienso que poco te amo
que mala hija soy...
Como madre me educaste
me diste tanto de ti...
que aunque yo te abandone
tanto de ti quedó en mi.
Tan pequeña me enseñaste
a escuhcar a Dios en mí
a saber a estar a solas
confiando tanto en ti.
Me enseñaste la obediencia,
bella, sí desde el amor,
sabías de mis angustías
tú veías mi interior.
He llorado en tu regazo
sintiendo en mí tu calor,
volviendo la paz a mí
dejando en ti mi dolor...
Me enseñaste a ser sensible
a lo bellos que hace Dios
a ser su amor en la brisa
en el niño y en la flor.
Me enseñaste a estar atenta
al amor y al dolor
que mi mano esté abierta,
abierto mi corazón.
Me educaste en el amor.
puesto en mí tu carazón,
me dijiste que tu Hijo
era hombre y era Dios.
Y mientras recuerdo esto,
madre mía, con dolor
pienso que poco te amo
que mala hija soy...
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