Misericordia

DESDE la tierra al aire y desde el agua al fuego, 

y regresar mil veces desde el fuego a la tierra

y desde el aire al agua, combinando en mil formas

los elementos puros de la vida, de acuerdo

con el tenaz designio y el impulso de un orden.

Sin principio ni fin, indeclinablemente. 

Y acatar el designio del ser, que se pronuncia

en un hombre, en un pájaro, un árbol o una piedra, 

y allí respira y canta, allí crece o se abisma

un minuto, años, siglos, y luego se diluye

y brota de otro  modo en otra parte, en otra

latitud del espíritu que determina el ritmo

de cuanto fue creado. Porque hay acabamiento

--polvo, fragmento triste, mandato de la muerte--

sólo en las ilusorias y caducas presencias

que la materia finge y sin pausa abandona,

no en lo que indivisible y luminoso habita

la casa sosegada de lo eterno. 

* *

 *

La página 121 del poemario

      Oír la luz

regala estas palabras 

con las que

                  Eloy Sánchez Rosillo

serena nuestros corazones. 

-- 
Víctor

Comentarios