El quinto Mandamiento

Hace unas semanas estuve hablando con una persona sobre el sacramento de la Reconciliación. Y sobre todo una concepto que usamos los Capuchinos en nuestras Constituciones: "No es el máximo permitido, sino el mínimo necesario".

En el Sacramento de la Reconciliación es justo lo contrario. No podemos quedarnos en la letra de la ley, como fariseos, sino profundizar y maximizar la vivencia desde el Mandamiento que nos dio Jesús: "Amaos unos a otros como yo os he amado; en eso conocerán que sois mis discípulos, en el amor que os tenéis unos a los otros" (Jn 13, 34-35).

En ese sentido el Decálogo, los Diez Mandamientos, me parece insuficiente. Su cumplimiento literal es bueno, pero para nada suficiente. En el diálogo con esta persona, usando argumentos diferentes, llegamos a esa conclusión. Y los dos usamos el mismo pecado: El racismo.

No aparece en el Decálogo. De hecho los propios judíos tenían prácticas bastante racistas. Sólo hay que pensar en los Samaritanos. Con bastante historia común se llevaban bastante mal, llegando incluso a evitar entrar en su país para evitar "contaminarse".

Jesús rompió con esa dinámica. Amaba a ese pueblo como amaba todos. Sólo tenemos que recordar a la Samaritana del pozo o incluso que los pusiera como ejemplo para explicar quién es el prójimo.

Pero el racismo no está en el Decálogo. Por desgracia alguna vez me ha tocado reprochar a alguna persona esa actitud tan poco cristiana. En una sociedad como la nuestra los cristianos somos los primeros que tenemos que romper con esa dinámica que tanto abunda. En el diálogo que vengo mencionando los dos llegamos a la conclusión de que incluiríamos el racismo dentro del quinto Mandamiento: "No Matarás". Incluso lo vimos como un agravante de ese mandamiento.

En algunos casos pienso que matar sería menos grave que el racismo. Si tu matas a alguien va a la Casa de Padre. Si tu a alguien le quitas su dignidad de persona por su origen, color de piel o cualquier otra persona le estás matando en vida. Le destrozas, o por lo menos lo intentas, todo aquello que le hace tu igual o tu hermano. Ese sufrimiento, esa muerte en vida puede durar mucho más tiempo.

He tenido la suerte de poder viajar a Venezuela varias veces. De ver el racismo y ver cómo algunos grupos de personas eran maltratadas por ser diferentes. Quizás por eso me niego a etiquetar a nadie, y, mucho menos, pensar que son malos por definición o inferiores a mí. Menos aún todos aquellos que se ven obligados a dejarlo todo para ir a otro lado para buscar la vida no sólo propia sino de toda su familia.

Hace un par de días me encontré este vídeo que me gustaría compartir con todos vosotros. El título está en árabe. La traducción: "El vídeo vale la pena ver: las apariencias son a menudo engañosas" (traducción de Google)





Y una canción que en su momento me impresionó:


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