Sutilidad... ¿para qué?

Esta entrada requiere dos notas previas:

La primera es que hace tiempo que no veo televisión. Primero porque son pocos los programas que me gustan a la hora que puedo verla, la calidad de la televisión ha caído, en mi opinión mucho en estos últimos años. Internet me ha facilitado ver programas y series que no aparecen en nuestros canales. Muchas de ellas son en inglés, lo que me ha permitido practicar el idioma de una forma que no esperaba. Eso ha hecho que vea las noticias, el tiempo y poco más. Es más fácil que vea lo que me gusta en el ordenador. O, lo que es más frecuente, que me baje material para leer.

La segunda es que siempre he apreciado el trabajo de los publicistas. Tienen la dura labor de convencer a los potenciales clientes no digo en 20 segundos, sino en los tres primeros. Una labor ardua, sin duda. Hay que reconocer que disfruto viendo esas recopilaciones que salen de tanto en cuando sobre los concursos de publicidad. Ver cómo un grupo de personas son capaces de hacer atractivos algunos productos es espectacular. Y sino que se lo digan a los que tienen que publicitar pomadas antihemorroides, compresas y pañales.

Anoche debe ser que hubo alguna conjunción planetaria no prevista, ya que me quedé a ver la película que echaban en "cuatro". Era "El Rey León". La vi por primera vez siendo postulante en León, y me sorprendió que aún me acordara de las canciones.

Lógicamente la película tuvo sus cortes obligados para la publicidad. En todos los bloques publicitarios apareció el mismo "spot". Éste:


Tengo que reconocer que me disgustó. Supongo que sigue los cánones de un anuncio de coches, alabando las virtudes mecánicas y de estilo que ofrece. Pero al mismo tiempo la lectura que hice del anuncio fue otra. La hice del final al principio:

Estás en una isla donde la distancia máxima son 12 kilómetros, por lo que la distancia donde se va a mover el propietario es mucho más corta. Vamos, que me imagino que puedes ir a todos lados andando o, si me apuras, en bicicleta o, en el caso que seas muy vago, en ciclomotor. ¿Para qué quiero un coche así? Respuesta del anunciante... "porque sí, porque en un Mercedes AMG"

¿Realemente ese tipo de ideas puede vender? ¿Realemente estamos tan bajos de esperanzas e ideales que un argumento así puede convencer?

Dios mío, espero que la respuesta sea que no. Da qué pensar cómo estamos viviendo nuestra vida últimamente en nuestra sociedad para que los que mejor saben cómo convencer no necesiten más argumentos



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