Mirando el correo

Hoy me ha dado por entrar en la carpeta de correo no deseado de mi cuenta de correo electrónico. Hay que ver las cosas que me estaba perdiendo. Todas ellas importantes.

Sin ir más lejos una fundación del gobierno de Malasia me ha escrito para comunicarme, en un perfecto portugués, hasta donde llego, que me han tocado dos millones de euros en un sorteo. El problema va a ser que no voy a poder guardarlo en el banco, ya que el BBVA y La Caixa me han bloqueado las cuentas, que no tengo, hasta que les dé mis datos, incluidos lógicamente el PIN de la tarjeta. Eso sí, cuando lo cobre voy a triunfar en la cama con unas píldoras maravillosas que va a hacer que la longitud y la duración  sea ambas, que en este caso no son sinónimos, cosa de libro Guiness. Mira, incluso lo podré controlar con los maravillosos relojes que me ofrecen, replicas, eso sí.

Así que ya ves. Y yo sin enterarme. No me queda más remedio que vaciar la carpeta, para dejar sitio a otras historias similares, y volver a lo cotidiano. Total. Mi Casio me da bien la hora. No necesito más.

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