María la de Magadala

Si hay un personaje controvertido en el Nuevo Testamento ese es el de María. Casi todo son problemas y dudas. Sobre todo por la cantidad de mujeres que aparecen en la vida de Jesús y que llevan ese nombre. El problema es determinar cuál de las "Marías" que aparece corresponde a esta mujer.

La hermana de Lázaro, la que le unge los pies, la pecadora, incluso la que es salvada de la lapidación. Demasiados roles para poder afirmar quién fue esta mujer.

Si hay una cosa clara. Fue discípula de Jesús. Estuvo en la predicación, estuvo en los milagros. Estuvo al pie de la cruz cuando el resto huía. Y, sobre todo, estuvo en el sepulcro el primer día de la semana.

Quizás eso sea lo más grande de esta mujer. Discípula y testigo. Y misionera. La primera que trasmitió la noticia. Sabemos que cada relato al pie del sepulcro es distinto, pero todos ellos coinciden en la presencia de esta mujer casi anónima. Y sorprende aún más que sea en un contexto en el que la mujer no tenía derecho, no tenía voz, no podía dar testimonio de nada, ya que no era tenido en cuenta.

Por eso la comunidad cristiana siempre la ha tenido en un lugar especial. Quizás sea por eso que más de un exegeta la ve en la samaritana que desde el pozo de Jacob evangeliza a su pueblo.

Y de ahí a las leyendas, a la imaginación del pueblo solo hay un paso. He perdido la cuenta de las veces que he oído afirmar tajantemente, y sin pruebas, que era la esposa o la amante de Jesús. Bueno, amante si, sin duda. ¿Qué discípulo no ama a su maestro? ¿Pedro no amaba a Jesús? ¿Juan no amaba a Jesús?.

Una mujer que se encontró la sangre en su destino, la sangre del amor entregado. Pero sobre todo una mujer que se encontró entre las flores a aquel que le abrió un nuevo mundo, el mundo de la vida eterna que Jesús nos entrega.

Dolor y alegría ese primer día de la semana. No creo que nadie llegamos a saber nunca cómo sucedió. Pero si está claro que si María estaba ese día en aquel es porque se perdió en el laberinto que fue para Jesús. Tanto que o es amor o una extraña maldición

Hay una canción que recuerda mucho a María Magadalena. Es de donde he sacado estas últimas líneas un tanto extrañas. Es una canción de Alejandro Fernández. Una canción que se titula "Cómo me duele (Cielo de Acuarela). Espero que os guste, porque si se cambiara el género no me extrañaría que ella la hubiera compuesto.

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