Una de las imágenes más usuales en una iglesia cualquier domingo del año es el momento de la comunión. El sacerdote, en solitario o con algún ministro de la comunión u otro sacerdote, reparten a los fieles el cuerpo de Cristo. Por mi experiencia suele ser, más o menos, lo mismo en todas las iglesias. Se saca el copón del sagrario y se reparten las forma una a una. Con una mano se sujeta el copón y con la otra se reparte la comunión. En mi caso me pasa algo especial, ya que siendo zurdo doy la comunión con la mano derecha; no sé porqué, pero con la izquierda no sé darla.
Como ministro que fui y como sacerdote que soy lo veo lo más normal. Además de ser un momento bonito de la celebración, todo hay que decirlo. También tiene sus problemas, todo hay que decirlo. Porque para mí, el dar la comunión en la boca no es de lo más agradable. Puede que acabes con los dedos como un muestrario de carmín o, lo que es peor, sabes que, en ciertas épocas del año, te puedes convertir en foco de transmisión de gripes y catarros por la saliva. Hay que reconocer que veo mucho más higiénico la comunión en la mano, siempre que se haga con el debido respeto e información.
Todo esto viene a un invento que he visto hoy. Y que no deja de ser curioso. Lo vi, por primera vez, en una página cuyo nombre lo dice todo: "No me puedo creer que lo hayan inventado". Lo comentan en tono jocoso, por lo que pensé que era una broma. Pero me picó la curiosidad y resulta que el invento es real y se comercializa en Estados Unidos, dónde si no.
No es que tenga el nombre más original del mundo, pero hay que reconocer que tampoco lo necesita. Me refiero al "Communion Host Dispenser". Una traducción rápida sería "Dispensador de Comuniones":
Y sirve para lo que dice. Para repartir comuniones. El mecanismo es sencillo. Un tubo que contiene hasta 125 formas se introduce por la parte superior y, al apretar un gatillo (la sombra negra en la zona opuesta de la cruz) sale una forma por la parte inferior.
La publicidad que dan al aparato canta sus virtudes. Es higiénico, rápido y sencillo. Pensado para grandes cantidades de personas y para lugares como hospitales y colegios. El precio, algo prohibitivo. El blanco te cuesta unos 130 €, el plateado unos 207 € y el dorado unos 318 €.
Por supuesto la empresa te vende tubos de recarga a 10$ cada uno.
La idea me parece original. Todo hay que decirlo. Pero me da que va a tener poco éxito. Su parecido a una jarra de cerveza y la forma de repartirse la comunión hace que sea poco atractivo. Supongo que Estados Unidos, por esa afición que tienen a todo lo que tenga gatillo, tendrá algo más de salida. No mucha más.
Pero bueno. También el campo de la misa admite innovación.
Dicho esto decir que me ha servido para alegrarme la mañana sólo de pensar cómo sería una misa con ese cacharro, ya que me surgen algunas dudas: Y si necesitas dar más de las formas que caben en el tubo, ¿recargas en directo o tienes que tener otro dispensador? ¿Y las formas consagradas que sobraran? ¿Se llenaría el sagrario de tubos en vez de copones? ¿Y si alguien quiere comulgar directamente en la boca?
Os dejo un par de vídeos que he visto sobre el invento:
Dichas formas las venden en paquetes de 500 al precio de 94.95 $. Tengo que reconocer que quiero preguntarle a un experto en liturgia si se podrían usar en una misa normal. Sobre todo cuando en la propia publicidad te dicen que no contienen alcohol (¿Vino sin alcohol?). Por supuesto también las venden en tubos para ser usadas en el Dispensador.
Como ministro que fui y como sacerdote que soy lo veo lo más normal. Además de ser un momento bonito de la celebración, todo hay que decirlo. También tiene sus problemas, todo hay que decirlo. Porque para mí, el dar la comunión en la boca no es de lo más agradable. Puede que acabes con los dedos como un muestrario de carmín o, lo que es peor, sabes que, en ciertas épocas del año, te puedes convertir en foco de transmisión de gripes y catarros por la saliva. Hay que reconocer que veo mucho más higiénico la comunión en la mano, siempre que se haga con el debido respeto e información.
Todo esto viene a un invento que he visto hoy. Y que no deja de ser curioso. Lo vi, por primera vez, en una página cuyo nombre lo dice todo: "No me puedo creer que lo hayan inventado". Lo comentan en tono jocoso, por lo que pensé que era una broma. Pero me picó la curiosidad y resulta que el invento es real y se comercializa en Estados Unidos, dónde si no.
No es que tenga el nombre más original del mundo, pero hay que reconocer que tampoco lo necesita. Me refiero al "Communion Host Dispenser". Una traducción rápida sería "Dispensador de Comuniones":
Y sirve para lo que dice. Para repartir comuniones. El mecanismo es sencillo. Un tubo que contiene hasta 125 formas se introduce por la parte superior y, al apretar un gatillo (la sombra negra en la zona opuesta de la cruz) sale una forma por la parte inferior.
La publicidad que dan al aparato canta sus virtudes. Es higiénico, rápido y sencillo. Pensado para grandes cantidades de personas y para lugares como hospitales y colegios. El precio, algo prohibitivo. El blanco te cuesta unos 130 €, el plateado unos 207 € y el dorado unos 318 €.
Por supuesto la empresa te vende tubos de recarga a 10$ cada uno.
La idea me parece original. Todo hay que decirlo. Pero me da que va a tener poco éxito. Su parecido a una jarra de cerveza y la forma de repartirse la comunión hace que sea poco atractivo. Supongo que Estados Unidos, por esa afición que tienen a todo lo que tenga gatillo, tendrá algo más de salida. No mucha más.
Pero bueno. También el campo de la misa admite innovación.
Dicho esto decir que me ha servido para alegrarme la mañana sólo de pensar cómo sería una misa con ese cacharro, ya que me surgen algunas dudas: Y si necesitas dar más de las formas que caben en el tubo, ¿recargas en directo o tienes que tener otro dispensador? ¿Y las formas consagradas que sobraran? ¿Se llenaría el sagrario de tubos en vez de copones? ¿Y si alguien quiere comulgar directamente en la boca?
Os dejo un par de vídeos que he visto sobre el invento:
Presentación del producto
Preparación antes de la misa
Usándolo en una Eucaristía
(La bandeja con los vasitos de vino consagrado no es de ellos)
También hay que comentar que no es único producto que venden. Tienen otro que me parece aún más a-litúrgico. Se trata de unas formas especiales, que se venden incluso en "cómodas" bolsas individuales que vienen con el vino incorporado:
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Conclusión: No todo está inventado.
Conclusión 2: Me sigo riendo. Espero que os alegre el rato y que nadie se sienta ofendido.
Conclusión 3: La página del fabricante, por si queréis verla: http://www.puritysolutions.org/index.php
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