Fr. Jesús, Capuchino

Recuerdo que hace unos años, en Salamanca, cuando era estudiante, cuando estaba aprendiendo qué es eso de ser fraile, pasaron tres frailes venezolanos por la ciudad para visitarnos y, ya de paso, conocer la ciudad. Recuerdo que salí con ellos, fuimos a La Alberca, Las Batuecas, Ávila.

Uno de ellos me llamó la atención, sobre todo porque no supe su nombre. Siempre se le llamó "Cañico". Más tarde supe que se llamaba Jesús Adolfo García Chourio. Me llamó poderosamente su sentido del humor, su facilidad para la risa y para el chiste. Y al mismo tiempo su seriedad. Recuerdo que le pregunté que era para él ser misionero, por aquel tiempo ya estaba en el Centro Misional de Kavanayen, y me dijo, con su humor maracucho que "ser misionero supone ser un "toero". Un misionero tiene que hacer de "to". Y viendo nuestra historia, y viendo la suya, me doy cuenta que es cierto.

Unos años después, ya en este siglo, fui por primera vez a Venezuela. Al Zulia. A Machiques. Allí me le encontré de nuevo, en una fiesta navideña. Charlamos, reímos, celebramos. Lo típico. Seis meses después, una semana antes de volver a España me lancé a cruzar el país para ir Santa Elena. Tres días de viaje, haciendo escalas en Caracas y Ciudad Bolivar. Sólo. Pero en la terminal de Caracas tuve la suerte de que él estaba también esperando el autobús. Hicimos el viaje juntos. Y en Ciudad Bolivar me hizo de cicerone por la ciudad. Hablamos del trabajo con los Pemones, de cómo era un pueblo luchador y creyente. Era su vida ver cómo las comunidades se empezaban a organizar con el apoyo del Presidente del país, que por aquella época convenció a muchos. Incluso a Jesús.

Los años han ido pasando y siempre que he ido a Venezuela he tenido la ocasión de verlo, de charlar y también de compartir. Hace dos años estuve con él 15 días en Kavanayen. Me enseñó algunas comunidades, me habló de su trabajo. De sus preocupaciones, de cómo los Pemones seguían luchando contra el olvido institucional, de cómo el chavismo se había convertido en una trampa y no en la oportunidad que fue. Me habló de sus críticas hacia el sistema y de las oportunidades que surgen. Conocí su preocupación, su trabajo y, como diría Summers, su "alopecia linguar", criticando a aquellos que no cumplían sus promesas.

Hace poco conoció la red. Abrió su blog (http://emasensen.blogspot.com/), entró en Facebook. Y empezó a entrar en ese mundo como un ágora donde seguir haciendo lo que hacía todo los días. Es curioso ver sus comentarios sobre lo cotidiano, sobre lo alegre y lo triste...

Muchos años de servicio y de entrega. Tantos que el día 11 iba a celebrar en su Machiques, natal sus bodas de plata como religioso. Veinticinco años siendo "toero". Hace unos días salió hacia Caracas camino de su casa. A descansar y a celebrar con los suyos. Llegó a Caracas, y celebró con los hermanos, que no iban ir a poder acompañarle en el Zulia las dos fiestas, ya que también cuatro hermanos, cuatro jóvenes venezolanos harán su primera profesión ese mismo día.

Su viaje ha continuado, pero no para Machiques, sino a la casa del Padre. Un infarto fulminante ha cambiado sus planes. De ayudar a los Pemones ahora nos ayuda a todos con su oración, con su cercanía a ese Dios que enseñó a los indígenas venezolanos. Y supongo que también hará reir a Dios con sus chistes. Y si no hay gaitas zulianas en el cielo (cosa casi imposible) él se encargará de hacer que suene las canciones que tanto le gustaban.

Capilla de Kavanayen
Jesús, has dejado el listón muy alto, los postulantes que has formado, muchos en todos tus años de formador, tiene una misión muy difícil, la de acercarse a la calidad de su maestro. La Gran Sabana va a echar de menos a un misionero que se conocía, y donde le conocían y apreciaban, muchas de las comunidades. Tus alumnos te echarán de menos. Quizás sólo los que se sabían criticados, con razón, por ti, habrán respirado un poco más aliviado. Supongo que incluso ellos te echarán de menos.

Jesús, reza por nosotros. Reza por todos, hermano.

Te dedico esta canción, que sé que te gustaba



Y lo último que puedo decir, hermano, es que me quedo con el último haiku que escribiste. Buenas palabras que quedan como tu despedida. Como el saludo que nos darás en la casa del Padre:




Crece en paz.
Tu confianza en Yahvé
y obra el bien.

Comentarios

  1. Me he quedado de piedra al leer la noticia. Jesús estuvo en Vigo hace unos años, tal vez en el 98;le acompañaban dos indios pemones que trabajan como catequistas en la misión. Nos contaron sus experiencias en una charla con distintos grupos de la parroquia, y la verdad, es que me habían impresionado. Venían de un congreso que se había celebrado en Valencia. Es difícil comprender los designios de Dios, pero El sa be más.

    ResponderEliminar
  2. No me acordaba de ese congreso, estuve en él. Ambos siguen como catequistas. El trabajo de Cañico con los Pemones es impresionante. Son muchos los que le van a echar de menos.

    ResponderEliminar
  3. Hermosa la reseña muy llena de Cañico. Todos los que le conocimos lamentamos su partida aunque sabemos que su destino es la Jerusalén celestial.

    ResponderEliminar
  4. Fue un hombre que dejó huella y testimonio.

    Siempre bienvenido, hermano

    ResponderEliminar

Publicar un comentario