
2. en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia .fuentes tranquilas
3. y repara mis fuerzas, me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
4. Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.
5. Preparas una mesa ante mí enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa.
6. Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los día de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor por años sin término.
1. AMBIENTACIÓN.
Dos imágenes orientales de gran fuerza dan vida a este precioso salmo: la vida pastoril y la hospitalidad. Imágenes que, para gran parte de los hombres de hoy, han perdido mucha, sino toda, su fuerza. Imágenes, sin embargo, que deben ser recuperadas para captar la profundidad de este pequeño poema cientos de veces comentado y tratado por exegetas, poetas, místicos, simples hombres y mujeres que, con él, se abandonaron confiadamente en Dios.
Precisamente puede ser un buen inicio de acercamiento a este salmo el recoger alguno de los muchos calificativos que los comentaristas le han dirigido. Todos ellos coinciden en señalar la belleza del salmo: "tesoro auténtico del salterio" (J. Vernet); "bello poema idílico" (M. García Cordero); "pequeño y delicado poema" (A. González); “lírica estudiadísima y continuamente resonante en la liturgia... donde piedad y poesía se encuentran” (G. Ravasi). Pero más que todos estos calificativos puede ayudarnos a orarle en profundidad el clima general que todos los autores encuentran en él. La coincidencia es absoluta: confianza serena y total del orante en presencia de Dios que está siempre con él: "el salmo 23 es de una serenidad y placidez casi bucólica. Con acentos serenos, con la entrañable placidez de un cristalino arroyo, se canta la dulzura de la fe” (J. Collantes); “es una lección de confianza tranquila en Dios” (M. García Cordero); es "sensación de paz y dicha bajo esa presencia protectora que le encubre" (A. González)). Todo esto explica la exclamación gozosa de otro comentarista: "Bendito el día en que nació este salmo, pues él ha calmado más dolor que toda la filosofía del mundo" (W. Beecher).
2. ANÁLISIS.
Desde este primer acercamiento podemos intentar una profundización en el salmo, teniendo siempre presente la acertada observación de G. Ravasi: "Una difusión y un éxito tan vastos... han falseado, empobrecido o desviado el sentido genuino de esta lírica esencial y conmovida. Es necesario, por lo mismo, pasar de la periferia al corazón de este salmo, que es elemental en el pensamiento, en las imágenes y en las emociones y, precisamente porque es simple y esencial, es difícil de explicar". Para facilitar esta profundización señalamos las siguientes pistas:

B) Relacionado con el género literario está también la búsqueda del contexto en el que nació el salmo, búsqueda que no ha encontrado soluciones definitivas, pero que puede contribuir, dice Ravasi, "a abrir el tesoro escondido de esta poesía perfecta en sí misma". Enumeramos algunas de las pistas seguidas por los autores, pistas que pueden ser otras tantas ayudas para la oración cristiana del salmo. Éste sería, para unos, el canto de un levita que pregona la excelencia de su elección, mientras, para otros, es el canto de despedida de un peregrino que marcha del templo y pide protección. Otros creen que sólo se explica el salmo colocándolo en el templo de Jerusalén, en tanto que algunos piensan descubrir en él un sacrificio de acción de gracias de un acusado injustamente. Son sólo pistas y en todas ellas destaca la protección divina que provoca la paz y la alegría.
C) La estructura simbólica, como hemos señalado ya, es simple aparentemente, pero de gran profundidad: vida pastoril y hospitalidad constituyen los dos simbolismos fundamentales y en torno a ellos se construye todo el salmo:
- Pastor: es el símbolo primordial, de gran fuerza para el israelita, símbolo, por lo demás, ampliamente usado en la Biblia, aplicado a David (2Sam 5,2) o a los pastores infieles que se olvidan de cuidar sus rebaños (Ex 34, 2.4). Pero sólo Dios es el verdadero pastor; sólo él puede superar todos los obstáculos que se interponen en el camino; sólo él no traiciona jamás a sus ovejas. El símbolo adquiere más fuerza si tenemos en cuenta, como señala Ravasi, que en el mundo oriental el pastor no es sólo el guía que sabe conducir al pasto o al oasis, sino que es, sobre todo, "el constante compañero de viaje para quien las horas de su rebaño son sus mismas horas, los mismos riesgos, la misma sed y la misma hambre".
- Hospitalidad: en este simbolismo se encierra todo el mundo hospitalario de oriente y toda la fuerza que los banquetes tienen a lo largo de la Biblia. Basta recordar la praxis de Jesús en el evangelio (Lc 15; Mt 25,10; Jn 6). En el símbolo aparecen los elementos esenciales de la hospitalidad oriental: una mesa ricamente preparada, el perfume con que se unge a los huéspedes, la copa rebosante..., es decir, todo aquello que habla de la acogida y la importancia del que llega a la casa.
D) Desde estos símbolos podemos acercarnos al desarrollo temático del salmo:
- vv. 1-4: canto del pastor: desde una declaración programática: "El Señor es mi pastor", se plantea la convicción fundamental: sólo él y nadie más que él es el pastor. Desde ahí se entiende todo lo demás: no carece de nada: praderas verdes, fuentes tranquilas, guía seguro para las cañadas peligrosas. Y una certeza: "Tú vas conmigo", que es el centro del salmo y desde el que hay que interpretar lo demás. Todo esto adquiere más fuerza si lo situamos en la geografía donde surgió: "los pastos frescos y las aguas tranquilas, las veredas rectas y los valles tenebrosos son elementos vigorosos, si no se les destierra de su contexto bíblico, de la geografía, el clima y las costumbres en que el poeta se encuentra" (A. González);
- vv. 5-6: canto del huésped: es el término del itinerario del pastor, la meta a la que tiende: la casa que recibe al peregrino, adquiriendo horizontes insospechados en el templo del Señor. Desde una declaración preliminar: "Preparas una mesa ante mí", el salmista describe detalladamente la hospitalidad que exige la unción y la copa rebosante. Y la razón fundamental: la bondad y la misericordia del Señor le llevan a habitar indefinidamente en su templo, "intensa aspiración a no separarse jamás del templo y de su paz" (G. Ravasi).
3. PISTAS PARA LA ORACIÓN.
Las reflexiones anteriores nos abren numerosas pistas para orar el salmo en cristiano. Todas nos hablan de serenidad, paz, abandono en las manos de Dios. Alguna más puede ayudarnos a gustar la belleza y profundidad del salmo:
A) La primera nos habla de hombres concretos que rezaron este salmo en circunstancias bien concretas. Por ejemplo, Francisco de Asís, según nos cuenta S. Buenaventura, lo va desgranando confiadamente mientras camina al campamento del Sultán. En la novela "El día más largo", C. Ryan presenta a un soldado que, para calmar la tensión del momento, lee en voz alta para sus compañeros este salmo.
B) Y ¿cómo no orarlo desde las palabras desgarradas y desacralizadoras de un drogadicto, citadas por Ravasi: "La heroína es mi pastor, de ella siempre tendré necesidad. Me hace descansar en los arroyos, me conduce a una dulce locura, destruye mi vida... Sí, aunque camine por el valle de la muerte, no temo ningún mal, porque la droga está conmigo. Mi jeringuilla y mi aguja me traen tranquilidad"?
C) Podemos orarlo también a la luz de los textos a los que acompaña como salmo responsorial: Dan 13, 1ss; Is 25, 6-10; Heb 13, 20-21..., textos que nos remiten a la declaración formal y solemne de Jesús: "Yo soy el buen pastor; conozco a las mías y las mías me conocen a mí" (Jn 10,1-16).
Gracias, precioso comentario
ResponderEliminarBuenas tardes, sinceramente me parece de mal gusto el inciso b] podría usted reconsiderarlo?
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