"Siempre a tu lado" "Hachiko"

Me apasionan los gatos negros
Es curioso. Siempre me han gustado más los gatos que los perros. Me gusta su autonomía, su pose, su forma de moverse. En cambio el perro siempre me ha parecido mucho más servil, menos libre. Dependiente de su amo.

Quizás por eso es que un perro es mucho más fácil de entrenar que un gato. El felino es más propenso a hacer lo que quiere, cuando quiere. Hace unos años oí la frase de que uno no es el dueño del gato. El gato es el que escoge la persona que le tiene que servir. Puede que sea esa una de las razones por la que los gatos han sido icono de varios dioses y los perros parte de la dieta.

Pero chistes aparte, los perros también tienen algo bonito. Especialemte recuerdo a "Luna", una mástín que teníamos en el convento de Salamanca, a "Nico", el rottweiler de mi hermano Cristino, o el pequeño "Thor", el perro de una amiga de mi madre (ya hace bastantes años). También, cómo no hay perros famosos que todos conocemos: "Lassie", "Sprocket", "Niebla". Todos hemos oido historia de perros que salvan gente o el buen trabajo que hacen los perros que ayudan a las fuerzas de seguridad o de rescate. Están dentro de nuestra cultura televisiva.

Los protagonistas de la pelicula "Hachiko". Versión USA
Cada poco tiempo surge una pelicula en la que los cánido comparten protagonismo con sus amos. Y siempre me sorprende lo que los entrenadores consiguen. Pocas peliculas han conseguido llamar mi atención dentro de ese campo. "Hachiko" es una de esas pocas.

La verdad es que la idea inicial de la película. Un profesor a la vuelta de un viaje se encuentra, en la estación del tren, una cria de Akita. El profesor se queda con el. La pelicula es la relación de amistad que se establece entre los dos.

Cuando empecé a verla pensé que sería otra más. Que mostraría a un perro haciendo trucos o algún momento tierno o trágico. Con los dos últimos acerté, pero no cómo esperé. Según parece la raza Akita es muy protectora con los suyos, pero no es un perro dado a juegos o ladridos. Está, pero no siempre se le nota. Por eso en Japón ha sido considero siempre como el símbolo de la nobleza (sólo ellos podían tenerlo) y también de la buena suerte (por su caracter protector).

"Hachiko" real, el que recoge la película
fotografiado poco antes de morir
en 1935
"Hachiko" se convierte, en un momento dado, en una película muy emotiva, no voy a decir porqué, pero al mismo tiempo es una buena excusa para comparnos con el resto de la creación. Muchas veces los hombres nos creemos superiores al resto de la creación. Confundimos los términos y pensamos en el resto como algo que está ahí y sólo llaman la atención cuando nos moletan.

Menos mal hay gente que siente un gran respeto por todo lo creado y hace que las relaciones con nuestro hermanos se convierta en especial.

Pero también hay momentos en los que mirar la vida de nuestra mascotas nos humanizan, ya que se puede descubrir en ellos los valores que a nosotros nos faltan. Decimos que somos seres inteligentes, y sin embargo somos capaces de matarnos a miles y millones sin razones claras, por poner un ejemplo.

Incluso la depencia del perro hacia su amo es algo que nos puede hacer pensar. Cierto que ningún hombre tendría que estar sometido a esclavitud o servidumbre, pero si deberíamos estar atados por un lazo de amor. Tanto, que estuvieramos dispuesto a arriesgar la vida por los demás. Tanto que, como en Hachiko, nuestra única preocupación fuera la de preocuparnos por el bienestar de nuestros amados. Tanto que esperemos el regreso o que notemos la ausencia de tantos y tantos olvidados de nuestra sociedad.

Estatua de Hachilo en la estación
de Shibuya, donde esperaba a su amo
Lo que más me llamó la atención de esta película es que está basada en hecho reales. En los años veinte hubo un Akita llamado "Hachi" (Ocho) que más tarde sería conocido por todos como "Hachiko" (el Ocho fiel). Todos los días iba a la estación del tren a recibir a su amo.

Es curioso cómo esta pelicula te pone en la situación de mirar a lo que consideramos inferior, para darnos cuenta que, en más de una ocación, somos más animales que los animales. Mejor dicho, que la "pura razón" no es lo mejor que nos define". Qué razón tenía el bueno de Francisco cuando descubrió y vivió que la creación no es posesión, es hermana.

Hay veces que mirando abajo es cuando podemos elevarnos. Mirando a los animales podemos aprender a ser buenos hombre.

Simplemente recomendar ver la pelicula. Y si se os saltan las lágrimas no pasa nada. Es humano.

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