SALMO 18 (17) “El Te Deum de un rey”

2.Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza,
3. Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador;
Dios mío, peña mía,
refugio mío, escudo mío,
mi fuerza salvadora, mi baluarte.
4. Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos.
5. Me cercaban olas mortales,
torrentes destructores me aterraban,
6. me envolvían las redes del abismo,
me alcanzaban os lazos de la muerte;
7. en el peligro invoqué al Señor, grité a mi Dios:
desde su templo él escuchó mi voz
y mi grito llegó a sus oídos.
8. Entonces tembló y retembló la tierra,
vacilaron los cimientos de los montes,
sacudidos por su cólera,
9. de su nariz se alzaba una humareda,
de su boca un fuego voraz,
y lanzaba carbones ardiendo.
10. Inclinó el cielo y bajó con nubarrones
debajo de sus pies.
11. volaba a caballo de un querubín
cerniéndose sobre las alas del viento,
12. envuelto en un manto de oscuridad;
como un toldo, lo rodeaban
oscuro aguacero y nubes espesas;
13. al fulgor de su presencia, las nubes
se deshicieron en granizo y centellas;
14. y Señor tronaba desde el cielo,
el Altísimo hacia oír su voz.
15. Disparando sus saetas los dispersaba,
y sus continuos relámpagos !os enloquecían.
16. El fondo del mar apareció
y se vieron los cimientos del orbe,
cuando tú, Señor, lanzaste un bramido,
con tu nariz resoplando de cólera.
17. Desde el cielo alargó la mano y me agarró,
me sacó de las aguas caudalosas,
18. me libró de un enemigo poderoso,
de adversarios más fuertes que yo.
19. Me acosaban el día funesto,
pero el Señor fue mi apoyo:
20. me sacó a un lugar espacioso,
me libró, porque me amaba.
21. El Señor me pagó mi justicia,
retribuyó la pureza de mis manos,
22. porque seguí !os caminos del Señor
y no me rebelé contra mi Dios;
23. porque tuve presentes sus mandamientos
y no me aparté de sus preceptos;
24. le fui enteramente fiel,
guardándome de toda culta;
25. el Señor retribuyó mi justicia,
la pureza de mis manos en su presencia.

26. Con el fiel tú eres fiel,
con el íntegro tú eres íntegro,
27. con el sincero tú eres sincero,
con el astuto tú eres sagaz.
28. Tú salvas al pueblo afligido,
y humillas los ojos soberbios.
29. Señor, tú eres mi lámpara,
Dios mío, tú alumbras mis tinieblas.
30. Fiado en ti me meto en la refriega,
fiado en mi Dios asalto la muralla.
31. Perfecto es el camino de Dios,
acendrada es la promesa del Señor,
él es escudo para los que a él se acogen.
32 ¿Quién es Dios fuera del Señor?
¿Qué roca hay fuera de nuestro Dios?
33. Dios me ciñe de valor,
y me enseña un camino perfecto;
34. él me da pies de ciervo y me coloca en las alturas;
35. él adiestra mis manos para la guerra
y mis brazos para tensar la ballesta.
36. Me dejaste tu escudo protector,
tu diestra me sostuvo,
multiplicaste tus cuidados conmigo.
37. Ensanchaste el camino a mis pasos
y no flaquearon mis tobillos;
38. yo perseguía al enemigo hasta alcanzarlo,
y no me volvía sin haberlo aniquilado:
39. los derroté y no pudieron rehacerse,
cayeron bajo mis pies.
40. Me ceñiste de valor para la lucha,
doblegaste a los que me resistían;
41. hiciste volver la espalda a mis enemigos,
rechazaste a mis adversarios.
42. Pedían auxilio, pero nadie los salvaba,
gritaban a1 Señor, pero no les respondía
43. Los redujo a polvo que arrebata el viento,
los pisoteaba como barro de las calles.
44. Me libraste de las contiendas de mi pueblo,
me hiciste cabeza de naciones,
un pueblo extraño fue mi vasallo
45. Los extranjeros me adulaban,
me escuchaban y me obedecían.
46 .Los extranjeros palidecían,
y salían temblando de sus baluartes.
47. Viva el Señor, bendita sea mi roca,
sea ensalzado mi Dios y salvador:
48. el Dios que me dio el desquite
y me sometió los pueblos;
49. que me libró de mis enemigos,
me levantó sobre los que resistían,
y me salvó del hombre cruel.
50. por eso te daré gracias entre las naciones,
Señor, y tañeré en honor de tu nombre:
51. tú diste gran victoria a tu rey,
tuviste misericordia de tu ungido, de David y su linaje por siempre.


1. AMBIENTACIÓN.

"No han quedado limpios los diez? Los otros nueve ¿dónde están? ¿No ha habido quien vuelva para agradecérselo a Dios excepto este extranjero?" (Lc 17,17). Con estas palabras dejaba escapar Jesús su queja ante la actitud de los nueve leprosos curados que, con su salud recobrada, se habían olvidado de agradecer el beneficio recibido. Desde aquí podemos acercarnos al salmo que contemplamos hoy para ver la distinta actitud del orante que nos lo ha transmitido: ha experimentado la liberación portentosa de todos sus enemigos y explota en una acción de gracias a quien es su liberador.

Esto ha permitido calificarlo a los distintos autores con expresiones como "Te Deum real" (Biblia de Jerusalén), himno de acción de gracias, de alabanza a Dios por la liberación y victorias conseguidas (Alonso Schökel, A. González, M. García Cordero). Todos coinciden también en señalar la gran belleza de conjunto y su gran elevación espiritual. Las dos observaciones siguientes pueden ser una buena pista de oración: “Es un poema pintoresco y osado, solemne y vivaz, lleno de antropomorfismos y, tejido con una trama simbólica riquísima, pero también subyugado por la figura de un Dios trascendente e irresistible y, con todo, cercano y atento al hombre”. “El canto es a Yahvé y todos los recursos son siempre insuficientes para el que intenta diseñar o hacer sentir la divina grandeza” (A. González).

2. ANÁLISIS.

La longitud del salmo y el carácter de estas reflexiones no nos permiten hacer un comentario amplio y pormenorizado del mismo. Haremos referencia a tres puntos a fin de facilitar su oración:

A) Debemos, en primer lugar, referirnos a la otra recensión que encontramos del salmo en 2Sam 22, pues, aunque las variantes entre ambas son bastantes, se trata en general de detalles mínimos. Respetando el título davídico nos empujaría a leer el salmo desde las victorias de David narradas en 1Sam 18 y siguientes.

B) En un poema como este salmo tiene mucha importancia la SIMBOLOGÍA empleada, muy rica y denotadora de la antigüedad del salmo. Como pistas para una profundización personal podemos señalar:

- los símbolos relacionados con la estabilidad, reflejada en varios términos que podemos sintetizar en el de roca (vv. 3.32.47), término que nos invita a leer Mt 7,24-47;

- la simbología militar, ampliamente reflejada (vv. 30.35.40) y que adquiere fuerza especial en la teofanía (vv. 8-16);

- los símbolos cosmológicos y antropomórficos empleados para presentarnos a Dios adquiriendo de este modo un carácter teológico. Son patentes en los vv. 8-16 donde se nos da cuenta de la triunfal teofanía de Dios al tiempo que se nos habla de su trascendencia (ver Éx 19,16ss);

- hemos de señalar también el símbolo de camino aplicado a Dios en el v. 31 y al ser humano en el v. 33.

C) Una breve referencia a la ESTRUCTURA nos ayudará también a orar el salmo:

- vv. 2-4: himno de apertura que constituye “una de las profesiones de fe y de amor más completas de todo el salterio” (J. Collantes). Conviene destacar dos ideas: la serie de términos que nos hablan de la estabilidad que da Dios (“Dios es el ser y su consistencia”, ha escrito alguien) y la fuerza de la primera expresión: “Yo te amo”, expresada con un verbo que, según Ravasi, “es el único caso en el que está construido con Dios como objeto y no como sujeto”: hace referencia a un amor indestructible;

- vv. 5-7: presentación dramática del peligro en el que el orante se vio envuelto como en una pesadilla;

- vv. 8-16: descripción de la teofanía de Dios que nos habla de su trascendencia al mismo tiempo que de su cercanía, intimidad, diálogo: "Página literariamente soberbia", según G. Ravasi;

- vv. 17-20: en el encuentro con ese Dios el salmista se ve liberado de enemigos, aparentemente invencibles, porque Dios le amaba, amor que es la verdadera causa de liberación;

- vv. 21-28: profesión de inocencia del salmista con la que quiere recordar que 2Dios no abandona a los que viven según su ley y él no tiene conciencia de haberse separado de sus estatutos” (M. García Cordero);

- vv. 29-46: amplia acción de gracias, con caracteres marciales, en la que, después de confesar que su seguridad radica en la luz que viene de Dios, exalta la eficacia salvífica de Dios, el único digno de fe y alabanza, señala la derrota de sus enemigos y presenta la resonancia de su victoria entre los extranjeros;

- vv. 47-51: conclusión doxológica en la que el salmista hace una profesión de fe en Yahvé, único salvador.

3. PISTAS PARA LA ORACIÓN.

A las pistas que hemos ido señalando en las anteriores reflexiones, podemos añadir las siguientes en orden a una oración del salmo:

A) La primera podemos encontrarla en algunas lecturas a las que acompaña como salmo responsorial. Destacamos dos: Deut 6,4-13: “El Señor Dios nuestro Dios es solamente uno. Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas"2(texto que el judío piadoso recitaba cada día). A su luz adquiere toda su fuerza la confesión con que abrimos el salmo: “Yo te amo, Señor”. El otro texto es Jer 20,10-13 en el que el profeta proclama la angustia que brota de su interior ante las asechanzas continuas de sus enemigos. Desde aquí el salmo adquiere toda su fuerza de oración confiada cuando las "olas mortales" y los "torrentes destructores" envuelven al profeta y a los que están en circunstancias parecidas. También son buena pista de oración los títulos que acompañan al salmo en la Liturgia de las Horas: Apoc 11,13, que nos lleva a descubrir la manifestación gloriosa y salvadora de Dios, y Rm 8,31 que nos lleva a la confesión gozosa de Dios, nuestra garantía. También nos da una pista Rm 15,9 cuando aplica el v. 50 a la conversión de los paganos, adquiriendo así un carácter misional.

B) Otra pista podemos encontrarla en las Alabanzas al Dios Altísimo de Francisco de Asís, compuestas después de la impresión de las llagas en el monte Alverna y donde él deja plasmados los sentimientos que brotan de su corazón enamorado: “Tú eres el protector, el bien, el santo, nuestro custodio y defensor...”. Si, como dice San Agustín, “cantare est amantis”, propio del que ama es expresar alegremente su amor, el salmo es una gozosa invitación a cantar a nuestro Dios con las invocaciones iniciales, “como una letanía balbuciente de amor” (vv. 2-3), o “en la descripción arrebatadora de Dios, guerrero cósmico (vv. 8-16)” (J. Garrido).

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