Os dejo otra reflexión escrita por el hermano capuchino Juan Francisco Santos, publicada en la revista "El Mensajero Seráfico" en el número de Agosto-Septiembre de 2009.
El moverse en el mundo de la tercera edad da ciertas ventajas, como también otras desventajas. Una ventaja es que por el solo hecho de haber vivido todos estos años, a uno lo toman más en cuenta. Salvo, como es lógico, si dice o hace sandeces. Otra ventaja, que siempre he proclamado cuando tengo oportunidad, es la serenidad de la visión. Sin tormentas ni pasiones, se mira la vida con mirada mansa. Se tiene mayor facilidad de síntesis, y parece que la palabra y el consejo, si es que se solicitan, también tienen más peso. La proximidad de la muerte obliga también a una mayor sinceridad de vida, que tiene sus efectos para el consumo interno, y también para consumo externo, es decir, para los demás. Otras muchas ventajas tiene la tercera edad, aparte de los descuentos en los aviones y la no obligación de pagar en los autobuses urbanos, como sería el que se despeja el camino para los que viene detrás y la promesa de que no les molestaremos más.
Hay también desventajas, como es natural. Una de ellas, que todo se olvida. La memoria del presente se hace frágil, aunque la del pasado remoto siga en pie, tan viva, como para dar la lata a los demás con repeticiones hasta el infinito.
Otra desventaja son las goteras, por supuesto, que, según el modelo y el trato que se haya dado a ese cascaroncito, llamado organismo. Hay modelos que aguantan airosos el peso del tiempo y disimulan más fácilmente el desgaste, pero al fin llega un día en que todo se derrumba.
Otra desventaja es la que proviene de la definición que daría Jorge Luis Borges, "La vida es una mala costumbre". Por el uso continuado de los días, hay ancianos que llegan a creerse con derecho a posesión, y hasta rehúyen la posibilidad de apearse. No es una actitud general, pero sí abunda, y, cuanto menos, resulta ilógica, y en casos, hasta ridícula, cuando se trata de alardear y almacenar bienes y dinero.
Aunque tampoco vale hacer una afirmación universal, es una desventaja la falta de encaje, de encuadramiento. Con expresión más grosera, el anciano estorba. Hay familias –no todas, gracias a Dios– donde el anciano viene a ser la impertinencia personificada. Muy calladamente, o no tanto, se piensa y se anhela la hora en que se lo lleve el Señor. SI el pensamiento, o el anhelo es cuando el anciano está sufriendo en forma irreversible, ni malo sería, pues la muerte, y más en esos casos, sería una liberación. Pero no, es sencillamente para que nos deje en paz. Quizá ya una vez muerto, cuando los rezos dicen "descanse en paz" podrían añadir: " y a nosotros ya nos dejó en paz".
Mejor es que no nos escandalicemos por estas reflexiones, porque creo que todo lo hemos podido observar, ser testigo, y acaso actores.
Ventajas y desventajas de la tercera edad. Si todos llegáramos a sujetarnos al ritmo que Dios imprime a la vida, si todos aceptáramos vivir plenamente cada etapa, la ancianidad tendría la bella importancia del atardecer-.
El moverse en el mundo de la tercera edad da ciertas ventajas, como también otras desventajas. Una ventaja es que por el solo hecho de haber vivido todos estos años, a uno lo toman más en cuenta. Salvo, como es lógico, si dice o hace sandeces. Otra ventaja, que siempre he proclamado cuando tengo oportunidad, es la serenidad de la visión. Sin tormentas ni pasiones, se mira la vida con mirada mansa. Se tiene mayor facilidad de síntesis, y parece que la palabra y el consejo, si es que se solicitan, también tienen más peso. La proximidad de la muerte obliga también a una mayor sinceridad de vida, que tiene sus efectos para el consumo interno, y también para consumo externo, es decir, para los demás. Otras muchas ventajas tiene la tercera edad, aparte de los descuentos en los aviones y la no obligación de pagar en los autobuses urbanos, como sería el que se despeja el camino para los que viene detrás y la promesa de que no les molestaremos más.Hay también desventajas, como es natural. Una de ellas, que todo se olvida. La memoria del presente se hace frágil, aunque la del pasado remoto siga en pie, tan viva, como para dar la lata a los demás con repeticiones hasta el infinito.Otra desventaja son las goteras, por supuesto, que, según el modelo y el trato que se haya dado a ese cascaroncito, llamado organismo. Hay modelos que aguantan airosos el peso del tiempo y disimulan más fácilmente el desgaste, pero al fin llega un día en que todo se derrumba.
Otra desventaja es la que proviene de la definición que daría Jorge Luis Borges, "La vida es una mala costumbre". Por el uso continuado de los días, hay ancianos que llegan a creerse con derecho a posesión, y hasta rehúyen la posibilidad de apearse. No es una actitud general, pero sí abunda, y, cuanto menos, resulta ilógica, y en casos, hasta ridícula, cuando se trata de alardear y almacenar bienes y dinero.
Aunque tampoco vale hacer una afirmación universal, es una desventaja la falta de encaje, de encuadramiento. Con expresión más grosera, el anciano estorba. Hay familias –no todas, gracias a Dios– donde el anciano viene a ser la impertinencia personificada. Muy calladamente, o no tanto, se piensa y se anhela la hora en que se lo lleve el Señor. SI el pensamiento, o el anhelo es cuando el anciano está sufriendo en forma irreversible, ni malo sería, pues la muerte, y más en esos casos, sería una liberación. Pero no, es sencillamente para que nos deje en paz. Quizá ya una vez muerto, cuando los rezos dicen "descanse en paz" podrían añadir: " y a nosotros ya nos dejó en paz".
Mejor es que no nos escandalicemos por estas reflexiones, porque creo que todo lo hemos podido observar, ser testigo, y acaso actores.
Ventajas y desventajas de la tercera edad. Si todos llegáramos a sujetarnos al ritmo que Dios imprime a la vida, si todos aceptáramos vivir plenamente cada etapa, la ancianidad tendría la bella importancia del atardecer-.
Juan Francisco Santos
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