Hno. José Flores García (Chepo)

Es en el corazón en donde se da el primer cambio de vida, pero es un sueño, tan sólo un sueño:
* Una comunidad de amistad a toda prueba, donde se estima, se respeta, se valora, y se confía en el otro.

* Una comunidad en donde la persona es tomada en cuenta y en donde el bien común coincide con el bien de cada uno y se estructura al servicio de las personas.

* Una comunidad en donde la igualdad es reconocida y aceptada, sin privilegios ni dignidades, sino en servicios y ministerios.

* Una comunidad en donde los débiles, los ancianos, los enfermos son los más queridos.

* Una comunidad-hogar en donde se experimenta la comprensión, en los éxitos y en los fracasos, fortalezas y debilidades, en donde se felicita y se disculpa, en donde todos se alegran con los éxitos y sufren con los fracasos.

* Una comunidad en donde cada quien expresa lo que piensa, siente y sueña; en donde todo puede ser discutido, sin miedo a la verdad pero sin herir a nadie.
* Una comunidad en donde hay tiempo para todo: trabajo, descanso, oración, gratuidad, fiesta; menos para envidias, chismes, críticas, marginación y silencios.
* Una comunidad en donde todos se encuentran sostenidos por el Amor de Dios y por el Amor al Prójimo, en donde cada quien se siente responsable de los demás. En donde la única preocupación es que cada uno reciba el amor al que tiene derecho.
Es sólo un sueño, proyecto de ilusión, pero vale la pena arriesgarse a hacerlo realidad.

Los Doce fueron llamados por Jesús: Lo escucharon, lo siguieron, estuvieron con El, compartieron su vida, viajes, milagros, miedos, amenazas, fiestas, hambre. Compartieron la Cena y todavía uno no estaba, porque tenía cosas qué hacer. Al final TODOS fueron enviados.
No podemos ser compasivos si los males de los demás no nos afectan.
No podemos dar respuestas si no hemos sido tocados por la incertidumbre de los pobres …

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