Los fariseos




  


 Hoy he tenido una conversación, un poco agitada, con una señora. No me arrepiento de lo que dije, pero sí de las formas con que le contesté: su actitud farisea me ha puesto nervioso. ¡Que a las 9 de la mañana le vengan a uno con monsergas de ese calibre...!

 Después, y estudiando unas cosillas de la Biblia, me he topado con un texto, que reproduzco a continuación. 

   "El partido fariseo estaba formado sobre todo por seglares devotos que se proponían llevar las prácticas religiosas hasta los últimos detalles de la vida. Se dedicaban al estudio del AT, para saber bien lo que tenían que cumplir; pero, además, habían elaborado poco a poco un inmenso comentario que explicaba el sentido de los antiguos preceptos y observancias, y determinaba lo que había que hacer en cada circunstancia. El individuo tenía que estar pendiente en cada momento de o bservar lo mandado. 
   Sus dos preocupaciones principales eran: 1 / pagar el diez por ciento de los frutos de la tierra y no consumir nada sin estar seguros de que eso se había pagado; 2 / mantenerse puros, evitando el contacto de cosas muertas o de personas con ciertas enfermedades (como la lepra), y no tratar con gente de mala conducta. En la práctica, con nadie que no observara la Ley religiosa como ellos la explicaban. Pensaban que tocar tales cosas o tratar con tal gent ponía a mal con Dios. Pecados eran para ellos no cumplir ciertas reglas o normas que consideraban obligatorias. 
  La obsesión farisea por conservar las leyes religiosas llevaba a muchos a imaginar a Dios como un banquero que apuntaba en su libro de cuentas las acciones buenas y malas de los hombres. Si uno salía debiendo algo (como sucedía siempre), podía compensarlo con sacrificios en el templo o con obra de misericordia"*. 

Creo que es urgente combatir el fariseísmo cristiano. Sin nervios, con buena formas, pero con valentía y libertad. Si hacemos del Evangelio otro código de leyes y de la misa otro templo judío, ¿qué pinta la vida de Jesús? ¿Qué novedad nos trae la Pascua?




*Juan Mateos, "El mundo judío en la época de Jesús", en id, Nuevo Testamento, Cristiandad, Madrid 1987, 15-16.

Comentarios

  1. Ja, que inocente eres, ¿tú crees que toda la gente que ves en Misa diaria y dandose golpes de pecho son las mejores? Cuando salen a la calle se olvidan, dan un giro de 180º y actuan de una manera distinta.Empezando por criticaros, criticar al que no va a la Iglesia, cuando a lo mejor esa persona vive lo que Cristo nos enseñó en el Evangelio,y un montón de cosas más. Creo que no se merecen ni un mínimo enfado ni atención. NÎ HÂO

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  2. Lamento llevarte la contraria Nî Hâo.
    Yo si creo que hay que prestarles mucha atención. Son hermanos nuestros y miembros de nuestra comunidad, aunque haya más de un momento en el que nosotros no seamos de la suya.

    El fariseismo es el peor mal que hay en la Iglesia, junto con la indiferncia y el silencio de los bueno.

    No sé si esa señora se olvidará de la misa o el recuerdo le dura lo que le duren el dolor de rodilla. Lo importante es que esa no es forma de vivir nuestra fe. Jesús vino precisamente a decirnos que la ley por la ley no sirve para nada.

    Sé que tú y yo estamos de acuerdo en ello, pero creo que es importante recordarnos que 2000 años después hay gente que no se la liberado de "LA LEY", y que nososotro somos los que deberíamos trasmitirles la Buena Notica de que SOMOS LIBRES.

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  3. Yo también creo que la esclavitud mental (fuente de doble vida y esquizofrenia religiosa) sólo conoce un antídoto: libertad.

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  4. Claro que hay que prestarles atención, pero... se dejan? son esclavos de sus propias convicciones y cuesta trabajo apearlos. Teneis un trabajo duro que hacer, pero sois mejores que la empresa Visual M.S.
    Mi empresa también la llevo bién, en casa hay buen entendimiento y libertad.
    NÎ HÂO

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  5. "son esclavos de sus propias convicciones y cuesta trabajo apearlos".

    Me acabo de acordar de una escena, de la pelicula "El Gladiador". El segundo ofical, antes de la batalla contra los germanos le dice al Hispano: "Llega un momento en el que hay que saberse conquistado". Máximo Décimo Meridio, el protagonista le contesta (a la gallega): "¿Tú lo sabrías?"

    Ellos son esclavos de sus convicciones. ¿No lo somos nosotros también?

    Ciertamente es un trabajo duro, que requerira de paciencia infinita y amor, aunque haya veces que nos pongan a prueba. Pero no es sólo trabajo nuestro: Llevar la buena notica, el ser misioneros es cuestión de todos los bautizados.

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