SALMO 12 (11) “Líbranos, Señor, porque sus palabras nos condenan”

2 Sálvanos, Señor, que se acaban los buenos,
que desaparece la lealtad entre los hombres:
3 no hacen más que mentir a su prójimo,
hablan con labios embusteros
y con doblez de corazón.
4. Extirpe el Señor los labios embusteros
y la lengua fanfarrona
5. de los que dicen: "La lengua es nuestra fuerza,
nuestros labios nos defienden,
¿quién será nuestro amo?".
6. El Señor responde:
"Por la opresión del humilde,
por el gemido del pobre, yo me levantaré
y pondré a salvo al que lo ansía".
7. Las palabras el Señor son palabras auténticas,
como plata limpia de ganga, refinada siete veces.
8. Tú nos guardarás, Señor.
Nos librarás para siempre de esa gente:
9. de los malvados que merodean
para chupar como sanguijuelas sangre humana.

1. AMBIENTACIÓN.

"La verdad es como la levadura y hace fermentar la justicia y el amor que son los pilares en que descansa una comunidad si está llena de vida. Vivimos cada día en la mentira. Las mentiras nos nacen de la sangre misma desde el señor encopetado al pequeñajo que llega a casa con disculpas. Las mentiras tienen carta de ciudadanía. A menudo llegamos incluso a convertirlas en ciudadanos de honor. Brotan las mentiras como hongos: el chisme más estúpido y vulgar se enrosca en el anzuelo seductor de un "Dicen que...", o un “¿No has oído que...?". Mentiras de la gran política: con la mayor frecuencia no se rige en absoluto por la verdad, sino por el interés propio y del partido. Mentiras para hacer negocio: los defectos de la mercancía se cubren con maquillaje y nos lo pone todo "por las nubes" la refinada tosquedad de los anuncios. Esas mentiras que vemos por todas partes tienen la culpa de nuestra desorientación y desconfianza. Las mentiras son un cáncer que roe a la gente por dentro y carcome con mortal seguridad las raíces de la paz, la bondad y la confianza" (Phil Bosmans).

Una larga cita que encuadra perfectamente la reflexión sobre el Sal 12, considerado por un intérprete como "una compleja piedra preciosa" (G. Ravasi) y por otro como una mezcla de lamentación, oración, profecía (L. Jacquet) y cuyo tema fundamental es una súplica contra los ataques de la mentira y la arrogancia (A. Schökel) y la identificación del mal con la falsía, la doblez y la opresión (A. González) o, en palabras de Ravasi, “las relaciones sociales que, en una estructura oral como es 1a semita, están basadas en la función indispensable y esencial de la palabra”.

Estos rasgos nos están indicando ya que las vertientes del salmo son múltiples: tiene una vertiente individual, pero también colectiva; social y, al mismo tiempo, personal. Es condena de la mentira y llamada a la sinceridad, pero también es condena de una situación estructural injusta basada en la doblez, la hipocresía, la astucia. Por eso nos recuerda las condenas que hacen los profetas: “Dominan el país con la mentira y no con la verdad... Guárdese cada uno de su prójimo, no os fiéis del hermano; el hermano pone zancadillas y el prójimo anda difamando, se estafan unos a otros y no dicen la verdad, entrenan sus lenguas en la mentira... Su lengua es flecha afilada, su boca dice mentiras; saludan con la paz al prójimo y por dentro le traman asechanzas" (Jer 9,2-4.7).

¿No podemos descubrir en esta descripción los rasgos más destacados de una sociedad como la nuestra? Bellas fachadas esconden tras sí la miseria y la injusticia como situaciones estructurales. Grandilocuentes palabras encierran dardos venenosos que matan a los inocentes. Sirva, pues, esta introducción como cañamazo sobre el que tejemos la oración de este salmo.

2. ANÁLISIS.

Desde estas consideraciones nos acercamos a su estructura y contenido:

A) La SIMBOLOGÍA gira en torno a un símbolo fundamental y otros secundarios:

- el principal es el relacionado con la PALABRA, partiendo de una antítesis fundamental: a las palabras de los malvados, mentirosas y arrogantes, se enfrenta la palabra de Dios, eficaz y creadora. A lo largo del salmo hay un rico repertorio de vocablos relacionados con la palabra, vocablos que hay que considerar para entender en profundidad el salmo. Dada la importancia de la palabra, quizá nos ayude a profundizar en el salmo la consideración de otros pasajes bíblicos en los que también se utiliza este simbolismo, pasajes tanto del AT como del NT donde, en Juan, por ejemplo, la Palabra es la categoría que sintetiza toda la revelación (Jn l; Heb l,1);

- entre los otros símbolos secundarios podemos destacar los que aparecen en el v. 7: uno, relacionado con la metalurgia, cuyo valor es claro: "se trata de una metáfora catártica" (G. Ravasi): la palabra de Dios, liberada de la ganga, es decir, no aprisionada por la falsedad, es totalmente eficaz. También aparece un simbolismo numérico ("Refinada siete veces") que, como en otros pasajes de la Biblia, indica plenitud absoluta, perfección máxima, en este caso, sinceridad total;

- señalemos también el simbolismo judicial y militar del v. 6 del que hemos encontrado ya paralelos en salmos anteriores (3,8; 7,7...). En este mismo versículo aparece una dimensión espacial que nos muestra el levantarse del gemido del pobre y del humillado, encorvados por la opresión, y el levantarse vengador y salvador de Dios.

B) El salmo aparece estructurado en cuatro estrofas que desarrollan una súplica en la que el YO es, en realidad, un NOSOTROS que personaliza a los piadosos todos ultrajados por la impiedad, la injusticia y la mentira. Por lo mismo no expresa ninguna situación determinada, sino un estado general de la sociedad:

- vv.2-3: es una llamada urgente y desesperada de quien está pisoteado por la injusticia. Comienza con una exclamación inicial que aparece en otros salmos (3,8; 6,5; 7,2). Es un grito angustiado, un SOS ardiente de quien está pisoteado por los que anidan en su vida la mentira y el corazón doble. Algunos textos proféticos nos ayudan a entender la situación general existente: "No hay verdad ni lealtad ni conocimiento de Dios en el país, sino juramento y mentira, asesinato y robo" (Os 4,1b-2a) "Han desaparecido del país los hombres leales, no queda un hombre honrado; todos acechan para matar, se tienden redes unos a otros; sus manos son buenas para la maldad; el príncipe exige, el juez se soborna, el poderoso declara sus ambiciones" (Miq 7,2-3; también Jer 5,2; Is 57, 1). Tanto estos textos como los vv. comentados señalan que los malvados viven en una mentira radical que les hace olvidarse de Dios y oprimir a los hombres;

- vv. 4-5: la invocación de los versículos anteriores desemboca en esta invocación-imprecación que, para acentuar su fuerza, recuerda las palabras de los impíos (v. 5) que son su declaración programática en la que se confiesan autosuficientes y terminan negando algo fundamental en la fe yahvista: el señorío absoluto de Yahvé;

- v. 6: ¿podía Dios permanecer indiferente ante esta situación? Este versículo es la respuesta: ante los gritos y las súplicas de los que se saben indigentes y curvados por el peso de la injusticia, Dios se levanta en asamblea judicial para defenderlos;

- vv. 7-9: es una estrofa compuesta en la que a la serenidad de la reflexión sapiencia] (v. 7) se asocia la fuerza de la súplica por la impiedad (vv. 8-9). Por eso se hace una exaltación de la palabra de Dios, que no encierra doblez y es totalmente eficaz, y se contrapone a la defensa y liberación absolutas de Dios la situación social de injusticia y opresión. Esto hace concluir a Ravasi: “El salmo se cierra con un mensaje de confianza (v. 8), pero entreverado con la melancolía impuesta por la constatación realista de la constante malicia del hombre”.


3. PISTAS PARA LA ORACIÓN.

Las sugerencias anteriores son otras tantas pistas para orar en cristiano este salmo. A ellas queremos añadir ahora algunas otras:

A) No es muy frecuente el uso de este salmo en la liturgia. En el leccionario aparece acompañando, como salmo responsorial, a Sant 3,1-10, hermoso texto en el que el autor hace una amplia reflexión sobre la lengua y su eficacia para hacer, con poco, mucho bien o mucho mal, idea que recalca el salmo contrastando la eficacia de la lengua traidora y la palabra veraz y eficaz de Dios. No resistimos la tentación de recordar a este respecto la observación y amonestación que Francisco de Asís hace a sus frailes, cuando habla de la predicación, pidiéndoles que sean, "ponderadas y limpias sus palabras" (RB 9,3). En la LH encontramos el salmo acompañado de este "título", tomado de S. Agustín: "Porque éramos pobres, el Padre nos ha mandado a su Hijo", título que nos sugiere el enlace con la cristología joánica del Logos.

B) Alonso Schökel nos da dos claves de lectura cristiana. Una, cristológica, apoyada en 1Pe 2,22-23: “Él (Cristo) no cometió pecado ni encontraron mentira en sus labios; cuando lo insultaban no devolvía el insulto; mientras padecía no profería amenazas; al contrario, se ponía en manos del que juzga rectamente". La otra enlazaría con la contemplación de la Escritura, "palabra de Dios y palabra de Cristo, auténtica y limpia de ganga”.

C) Quizá nos pueda ayudar también la contemplación de los primeros capítulos del Génesis donde encontramos la contraposición clara entre la palabra veraz, eficaz y creadora de Dios y la palabra insidiosa y falaz de la serpiente que lleva al hombre al pecado.

Terminemos estas reflexiones con la siguiente bienaventuranza: "Bienaventurados los no-violentos que siempre están al lado de los más débiles dondequiera que los hombres son víctimas de los hombres y no se cansan de responder por los derechos de los oprimidos" (Phil Bosmans).

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