Carteles

La semana pasada, cuando estaba en El Pardo, dediqué un tiempo a pensar por dónde podría ir la homilia dominical. Mientras que revisaba algunos sitios para ver las lecturas vi este vídeo que os pongo un poco más abajo.

Desde entonces ese vídeo se ha mezclado con algo que leí esos días: Lo leído era que para acercarse a la Palabra de Dios hacía falta dos tipos de silencio: Uno para escuchar lo que el Señor nos está diciendo. Otro para acallar todos los ruidos que nos impiden escuchar bien. Al final esa idea no la usé mucho, pero quedar quedo.

Y sobre eso mismo va este vídeo. Primero os invito a verlo y luego me explico, supongo que de esa manera la idea que me viene rondando estos días quedará un poco más claro. Una advertencia previa: está en inglés. Sin saber mucho de la lengua que Cervantes nunca usó es posible entenderlo, pero de todas fornas, después del vídeo pondré unas traducciones por si las necesitarais



Take a photo: Haz una foto
Im Kidding: Bromeaba
Stacey-Jason: Los nombres de ellos.
Nice 2 meet U: Encantado de conocerte
Nice to meet U 2: Lo mismo digo.
I have a secret: Tengo un secreto
I was watching you first: Empecé yo a mirarte
Do U want to meet?: ¿Quieres que quedemos?
I got promoted: Me han ascendido
We should celebrate: Deberíamos celebrarlo
Absolutely!: ¡Por supuesto!
Thought you'd never ask: Pensé que nunca lo preguntarías
Hi: Hola (esta fijo que no hacia falta)

Bueno, ese es el vídeo. Un vídeo donde el silencio tiene una importancia vital. Por eso estos días traté de fijarme en los distintos silencios que iba encontrando en mi vida y a mi alrededor, por que existe la posibilidad que esos silencios también los tenga yo. Vi, por ejemplo:

El silencio de la ignorancia, cuando algo me supera y no tengo ninguna palabra que decir.
El silencio de la cobardía, que no se atreve a decir nada por no llamar la atención.
El silencio de la indiferencia, cuando no digo nada porque me da igual.
El silencio del conformismo, cuando pienso que hablar no va a solucionar nada.
El silencio de la rabia, cuando callo para no liarla más o para no estropear nada.
El silencio de la ideología, cuando no puedo decir lo que pienso por que es algo que "los mios" (igleisa, partido, grupo, tribu urbana...) no dicen.
El silencio del sarcasmo, cuando no decir nada es la mejor opción para acusar a alguien.
El silencio culpable, cuando no tengo palabras para defenderme, por que sé lo que he hecho.

Ya veis unos cuantos, y sé que la lista no está acabada. Pero no son los únicos silencios. Estoy convencido que hay silencios positivos, contructivos. La historia que hemos visto me ha ayudado a ver alguno de ello.

El silencio enamorado, cuando ver o tocar o escuchar o sentir es suficiente.
El silencio que subraya, cuando no hablar hace que se "vea" más otra cosa (mirada, caricia, acto...). En esto creo que Jesús era un especialista.
El silencio humilde, cuando callar es la mejor manera de responder.
El silencio acogedor, cuando no necesito una palabra para que el otro esté a gusto.
El silencio orante, el que tengo para escuchar a Dios en mi corazón.
El silencio concentrado, cuando una palabra me impide hacer bien lo que quiero.
El silencio del que no necesita hablar, como los protagonistas del vídeo.
El silencio que contempla, que deja lo activo para recibir, solo recibir.
El silencio que deja que otros sentidos comuniquen.

De todo tipo, ya véis. Estoy seguro que si nos pusieramos estas dos listas crecerían, y no poco.

Y una cosa que me hizo unir el tema del vídeo al tema de la homilia del domingo fue precisamente la palabra. Los protagonistas no hablan, de hecho cuando el chico hace ruido es cuando le llaman la atención. Pero sin enbargo comunican, y mucho. Su breves frases los van acercando, hasta que la última palabra es la más breve todas y sin embargo supone el incio de algo nuevo para los dos.

Y lo comparaba con La Palabra. En el antiguo testamento son tipicos los grandes discursos (me refiero sobre todo a los libros históricos), donde los discursos, las largas genealogías son frecuentes y como, poco a poco, los discursos se acortan hasta que La Palabra no dice nada o sólo necesita pronunciar el nombre para que el llamado lo reconozca. Quizás en nuestra vida no necesitamos grandes discursos. Al contrario, pienso que son las palabras sencillas las que hacen que las cosas cambién. Quizás por que soy franciscano, pero a mí me convence mucho más el decir desde el corazón "hermano" que un mitín politico.

¡Jo! ¿Y si nuestra vida tuviera esas palabras sencillas que llegan al otro y silencios fecundos? ¿Cómo cambiaría mi vida? ¿Cómo cambiaría mi entorno? ¿Cómo cambiaría nuestra parroquia si fueramos capaces de escribir en un papel un simple "hola" y que fuera lo demás lo que diera el sentido al cartel?

Y algo que no me ha dado tiempo, quizás por que me da miedo, es mirar cuáles son las palabras que digo. Y sobre todo si esas palabras son las de un seguidor de Jesús o son las mismas de aquellos que no le quieren seguir. Ya que como dice Fidel Aizpurúa en algo se tiene que notar que uno es creyente y el otro no.

Nada más dar al botón de publicar me acordé de una cita que me gusta mucho y creo que sirve para cerrar, de momento, este post:
 Ruge el león, ¿quién no temerá?Habla el Señor Yahveh, ¿quién no profetizará?
(Profeta Amós 3,8)

Comentarios

  1. Silencio
    Hay personas silenciosas que son mucho más interesantes que los mejores oradores.
    Benjamin Disraeli (1766-1848) Estadista ingles.
    Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras.
    William Shakespeare (1564-1616) Escritor británico.
    Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio.
    Proverbio hindú
    El silencio es el único amigo que jamás traiciona.
    Confucio (551 AC-478 AC) Filósofo chino.
    Cada obra de amor, llevada a cabo con todo el corazón, siempre logrará acercar a la gente a Dios.
    Madre Teresa de Calcuta (1910-1997) Misionera yugoslava nacionalizada india.
    A veces, el silencio es la peor mentira.
    Miguel de Unamuno (1864-1936) Filósofo y escritor español.
    Hay que guardarse bien de un agua silenciosa, de un perro silencioso y de un enemigo silencioso.
    Proverbio judío
    ¡Basta de silencios!¡Gritad con cien mil lenguas! porque, por haber callado, ¡el mundo está podrido!
    Santa Catalina de Siena (1347-1380) Religiosa italiana.
    La arena del desierto es para el viajero fatigado lo mismo que la conversación incesante para el amante del silencio.
    Proverbio persa
    Nuestra generación no se habrá lamentado tanto de los crímenes de los perversos, como del estremecedor silencio de los bondadosos.
    Martin Luther King (1929-1968) Religioso estadounidense.

    NÎ HÂO

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  2. Buena colección. Me quedo con las de Santa Catalina de Siena y con la de Luther King.

    Gracias por el aporte

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  3. Me encantó tú refexión y las del "anonimo" Pues todos tenemos silencios interiores, que tal vez el mio sea "la ultima palabra por decir es la mejor"ya que como cristiano me estoy planteando si soy de "sillón o de pecho descubierto" y digan lo que digan. Ya que va siendo hora como bien dices "la frase de Sta Catalina" es la que debemos emplear, sino que estamos haciendo "un cristianismo de sacristia"
    Juan

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