Salmo 2: "Tú eres mi Hijo"

1. ¿Por qué se amotinan las naciones,
y los pueblos planean un fracaso?
2. Se alían los reyes de la tierra,
y los príncipes conspiran, contra el Señor y contra su Mesías:
3. “Rompamos sus coyundas, sacudamos su yugo”.
4. El que habita en el cielo sonríe, el Señor se burla de ellos.
5. Luego les habla con ira,
los espanta con su cólera.
6. “Yo mismo he establecido a mi rey en Sión,
mi monte santo”.
7. Voy a proclamar el decreto del Señor:
Él me ha dicho:
“Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy;
8. pídemelo: te daré en herencia las naciones,
en posesión, los confines de la tierra.
9. Los gobernarás con cetro de hierro,
los quebrarás como jarro de loza”.
10. Y ahora, reyes, sed sensatos,
escarmentad, los que regís la tierra:
11. servid al Señor con temor,
12. rendidle homenaje temblando;
no sea que se irrite, y vayáis a la ruina,
porque se inflama de pronto su ira.
¡Dichosos los que se refugian en él!


1. AMBIENTACIÓN.

Cuando nos acercamos a este salmo, inmediatamente saltan ante nosotros escenas de la entronización de cualquiera de los reyes y faraones medioorientales. Como en una gran producción cinematográfica, podemos imaginar el desarrollo de la fastuosa ceremonia. Y esto aunque sepamos que, aplicado a la historia concreta de los reyes hebreos, no se pudo realizar en muchos momentos.


Sin embargo hay algo que transforma la lectura y oración del salmo: ante todo, se ocupa de Yahvé y de su dominio universal. Sólo desde ahí la peripecia del "minúsculo soberano hebreo adquiere connotaciones de una epopeya cósmica, al entrar en escena el rey del universo" (G. Ravasi). Es Yahvé el que domina todo el escenario del salmo. Esto explica la apertura estupefacta que tiene: el orante manifiesta su extrañeza ante la osadía orgullosa de los que han querido rebelarse contra Yahvé, el rey universal.


Este salmo es uno de los más célebres de todo el salterio, aunque es también uno de los más difíciles, como señalan todos los exegetas. Para interpretarlo se han empleado distintos métodos (histórico, mesiánico, cultual) que no se excluyen sino que se ayudan mutuamente a profundizar en el contenido del mismo (A. González). La lectura mesiánica que se ha hecho de él, tanto en el judaísmo como en la tradición cristiana, abre nuevos horizontes para su oración.


2. ANÁLISIS.

No están de acuerdo los comentaristas a la hora de situar cronológicamente el salmo. Hay gran variedad de opiniones que lo colocan en etapas muy antiguas o en tiempos cercanos al cristianismo. Sin embargo parece, como afirma G. Ravasi, que nos hallamos ante una de las páginas más antiguas de la oración de Israel.


Para facilitar nuestra oración hoy, reflexionemos brevemente sobre estos puntos:


A) Desde el punto de vista del GÉNERO LITERARIO nos encontramos con un salmo real: un salmo que supone, como telón de fondo, la monarquía hebrea. Canta la entronización de un sucesor de David, hecho que desarrollaba una ceremonia muy complicada y, a la vez, significativa. En ella destacaba lo que ya apuntábamos antes: Yahvé, rey universal, domina todo el escenario. De su reinado y señorío es símbolo y analogía el rey hebreo. Esto explica que Von Rad afirme que, más que por una fase puntual de la monarquía de Judá, el salmo se preocupa por definir la estructura teológica de dicha monarquía.


B) La SIMBOLOGÍA está marcada por una serie de relaciones que actúan como cañamazo en la distribución del salmo. Existen unas relaciones horizontales que une a los reyes sublevados con el rey de Judá: estas relaciones están regidas por una serie de complots y tramas de los primeros para sublevarse, aunque terminarán sometiéndose al segundo. Hay también unas relaciones verticales: es la gran oposición entre Dios, "el que habita en el cielo" (v. 4), y la tierra donde las naciones y los reyes se rebelan contra Dios. En estas relaciones verticales hay un movimiento negativo a través de dos símbolos antropomórficos: la risa y la ira de Yahvé que manifiestan su superioridad destruyendo los planes insensatos de los rebeldes. Pero hay también un movimiento positivo, que recorre todo el salmo, encontrando su centro en el v. 7: Dios está de parte del rey, le adopta como hijo y establece un canal de comunicación entre el cielo y la tierra.


C) Para analizar su CONTENIDO, podemos dividir el salmo, como hacen los comentaristas, en cuatro estrofas: en la primera (vv. 1-3) los protagonistas son los enemigos, los reyes rebeldes; en la segunda (vv. 4-6) el centro lo ocupa Yahvé, mientras el rey es sujeto de la tercera (vv. 7-9), tomando el salmista la palabra en la cuarta (vv. 10-12):


  • - vv. 1-3: los enemigos son los protagonistas, pero, como el objeto último del salmo es Yahvé, de cuyo poderío universal el rey hebreo es representante, se muestra el estupor ante su acción insensata: su rebelión no está dirigida sólo contra el rey, sino contra Yahvé, el rey universal. Por eso sus acciones (complots y amotinamiento) se dirigen tanto contra el rey como contra el Señor, intentado romper su dominio;
  • - vv. 4-6: solemne intervención de Yahvé que demuestra el fracaso de los rebeldes. Frente al secretismo con que llevan sus tramas éstos, Yahvé actúa en una grandiosa escena celeste: sentado en su trono, rompe su silencio con la risa, fuente de terror y expresión de superioridad, y la ira que siembra el caos y el miedo entre los rebeldes. En ese escenario hace su solemne declaración: es él, Yahvé, quien recubre con su autoridad inatacable la figura minúscula del rey hebreo;
  • - vv. 7-9: en la liturgia de entronización, el rey toma la palabra y proclama el decreto del Señor que lo legitima como lugarteniente suyo. El contenido de tal decreto es claro: proclamación de la filiación divina del rey, filiación que no debe entenderse en el sentido de las monarquías orientales: es una filiación adoptiva; promesa de un señorío cósmico (v. 8), consecuencia lógica de la filiación, y promesa de una victoria total (v. 9), simbolizada en el cetro de hierro, signo de poder, y en la destrucción de los enemigos, rotos como un "jarro de loza". De esta forma aparece claramente la acción de Dios a favor del rey ante la actuación de los reyes rebeldes;
  • - vv. 10-12: el salmista toma ahora la palabra y, con un lenguaje sapiencial ("sed sensatos", "escarmentad”), llama la atención de los seres humanos hacia la figura central del salmo: Yahvé, el rey universal. Ante él deben vivir con temor, prestándole homenaje y sirviéndole. Actuar de otra manera es colocarse fuera del plan salvífico de Dios haciendo que se encienda su ira que provoca un incendio que lleva la ruina sobre los que tienen semejante osadía. Los que aceptan ese plan salvífico, en cambio, buscando refugio en él, tienen reservada la bienaventuranza.


3. PISTAS PARA LA ORACIÓN.


Ya hemos señalado cómo este salmo es uno de los más queridos de los comentaristas cristianos. Nosotros señalamos ahora algunas pistas que nos ayuden a orarlo:


A) Debemos destacar, ante todo, la lectura cristológica que la comunidad eclesial ha hecho: "Al llegar Cristo, este salmo entra en el contexto de la plenitud cristiana y despliega todo su posible significado que hasta entonces quedaba en germen o en símbolos no aclarados" (Alonso Schökel). Hacen esta lectura cristológica textos neotestamentarios como Hech 4,25-27; 13,30.32-33; Heb 1,5; 5,5... También la hace la Iglesia en su Oración de las Horas rezando este salmo en fiestas como las de Cristo Rey, Presentación en el Templo, Viernes Santo, Pascua, domingo... En el concilio Vaticano II aparece dos veces: con carácter cristológico en LG 13 y con lectura eclesial y misionera en AG 22.


B) Otra posible pista podría ser ésta: mostrando el asombro del creyente ante la rebelión de los seres humanos frente a Dios. Como al principio, también hoy prorrumpen en un grito soberbio: "¡No serviré! Rompamos sus coyundas, sacudamos su yugo". ¿Cómo no asombrarse ante esta acción insensata y destructora? Desde el asombro el creyente pondrá en práctica el mandado de Pablo: "Te recomiendo ante todo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres" (1Tim 2,1).


C) En esta perspectiva podemos hacer una oración desde nuestra vida personal descubriendo en cada uno la sublevación contra el reinado de Cristo y experimentando la llamada a instaurar ese reino, definido como "reino de verdad y de vida, reino de santidad y de gracia, reino de justicia, amor y paz”. Desde aquí podremos pedir sinceramente: "¡Venga tu reino, Señor!”.

Comentarios

  1. El comentario de este salmo me ha abierto nuevas perspecivas, hasta ahora sólo había escuchado su sentido cristológico. Para mí era un salmo difícil, y ahora lo entiendo un poco mejor.

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  2. Es lo bueno que tiene la Biblia: Tiene tanta riqueza que no creo que la agotemos nunca. Y esa misma es su dificultad.

    Pero cuanto más se conoce más se disfruta, de eso no hay duda

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