Diarío de Jesús -9-

Ha pasado tiempo si escribir en mi diario. No ha ocurrido nada relevante. La cotidianidad se impone. Puestas e sol, amaneceres, noches y días. Admiro las hojas secas que cubren el suelo. Transcurrió su ciclo vital y ahora, con su muerte, hacen posible, como abono vegetal, el brotar de hojas nuevas. La primavera y el otoño me impresionan más que el verano y el invierno. Descubro una sucesión misteriosa de muerte y vida, más que de vida y muerte. El fin no es la muerte, sino la vida. Lo presiento en las fibras de todo mi ser. Algunos amigos y familiares me preguntan por que no he tomado esposa. Ya tengo 29 años. Sencillamente no lo sé. Raquel se casó con Penuel y yo les deseé un matrimonio venturoso. No me afectó lo más mínimo. Me alegre con su felicidad. Yo me siento llamado a otra cosa que no sabría precisar. Dejemos que Dios sea Dios.

Fin de la Primera parte

(Foto: Altos de Golán. Al norte del Lago de Galilea)

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