Todos los fieles difuntos

Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el plazer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer
cualquier tiempo pasado
fue mejor.
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar a la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
e consumir;
allí los ríos caudales
allí los otros medianos
e más chicos,
allegados, son iguales
los que viven por sus manos
e los ricos.

Jorge Manrique
Coplas a la muerte de su padre.
Cementerio de Pereiró, Vigo

Comentarios

  1. Hay una versión moderna: "Coplas a la muerte de su colega", de Luis García Montero

    Recuerda si se te olvida
    que este mundo es poca cosa,
    casi nada,
    que venimos a la vida
    con la sombra de una losa
    no pagada.
    Los días, como conejos,
    nos llevan en ventolera
    al infierno,
    su curso nos hace viejos
    trocando la primavera
    en invierno.


    Nuestras vidas son los sobres
    que nos dan por trabajar,
    que es el morir;
    allí van todos los pobres
    para dejarse explotar
    y plusvalir.
    Allí los grandes caudales
    nos engañan con halagos,
    y los chicos,
    que explotando son iguales
    las suspensiones de pagos
    y los ricos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario