Diarío de Jesús -2-


Subí a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. ¡Cuánta gente! ¡Y que maravilla el templo! EL que construyó Salomón había sido destruido. AL regreso de Babilonia, el rey Ciro ordenó la construcción de un nuevo templo. Dicen que los samaritanos se opusieron. Pero los profetas Ageo y Zacarías estimularon a los judíos, y con la ayuda del rey Darío se finalizó. El rabino nos recordó la fecha de la dedicación del nuevo templo: día 23 del mes de Adar, el año sexto del reinado de Darío.

 La fiesta de la Pascua es una explosión de alegría. La gente alaba a Yahweh, se reúnen los familiares y amigos, los niños corretean por todas partes.

Asistí a la ofrenda de los sacrificios. Confieso que hirió mi sensibilidad la carnicería de toros y ovejas, tanta sangre derramada me parece un espectáculo cruel. Sin darnos cuenta nos vamos volviendo sanguinarios un poco i mucho. La sangre debe correr sólo por las venas del cuerpo, no por el suelo.
De nuevo en Nazaret me siento aliviado.

Comentarios

  1. Pinta bien este libro, pienso que ayuda a acercarnos a Jesús, nos lo hace más "asequible".

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