Carta de Francisco de Asís



A cuantos viven en la tierra, el hermano francisco, les saluda con gozo y les desea de todo corazón la Paz verdadera y el Amor fraterno de nuestro Señor y Hermano Cristo Jesús.
Hace ocho siglos, durante mi vida terrena, escribí cartas a todos los hombres invitándoles a vivir en paz, hermandad y santa alegría. Vuelvo a hacerlo ahora, a inicio del siglo XXI, por que hasta mi morada celestial están llegando noticias de violencias, odios, guerras, racismo, terrorismo, hambre... Nos están llegando muchos hermanos bañados en sangre, muertos prematuramente.
Queridos hermanos: ¿Tendré que suprimir de mi Cántico de las Criaturas aquel verso que dice “Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana, la Madre Tierra”? ¿Tanto han endurecido el corazón que ya no les queda una gota de sentimiento, de compasión, de delicadeza, de cortesía, de amor?
¡Pobre Hermana Madre Tierra, cuando sus hijos cultivan el odio en vez del amor, crean discordia en vez de armonía, siembran tristeza y lágrimas en vez de alegría y sonrisas...; que matan la Paz y adoran la violencia!
Cuando el Señor me visitó con su paz, yo la voceaba a todas horas, en todas partes, a todos los hermanos: “La Paz con ustedes”, “El Señor les dé su Paz”... Y las Hermanas Criaturas, el sol, las estrellas, el viento, el agua,... aplaudían mi locura de Hermano Universal.
Hermanos todos, ciudadanos de un mundo enfermo:
-Recuperen el silencio, aplastado por tantos ruidos.
-Aprendan a escucharos y escuchad a Dios en el rumor del río, la cascada, el bosque, el campo, la brisa del aire...
-Fíjense en la alegría de los niños que juegan, en la mirada de los enamorados, en la caricia del beso de quienes os quieren... Porque quien llena los ojos y el corazón de tanta bondad e inocencia, es incapaz de asesinar la Vida y el Amor.
-Dejen un sitio a Dios en su corazón y la Paz interior irradiará ternura, alegría, esperanza, hermandad,... a su alrededor.
-Hagan llegar a todos los rincones del mundo mis palabras predilectas: “Paz y Bien”.
¡Alabado seas, mi Señor, por todos los que escuchen esta carta y la pongan en práctica¡
Jamás me cansaré de desearos la Paz.

Un abrazo de su hermano Francisco de Asís.
 

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