
La historia habla de una mata de mango, como dicen por estos lares, que está en el colegio "San Antonio", que los capuchinos tenemos. Y Mario, que así se llama el parroco cuenta que este árbol está acostumbrado a que los niños del colegio le den de palos y piedras para conseguir los frutos.
Y cuanto más palos recibe, más frutos da. Y, cuando se acaba la cosecha, se prepara para cuanto antes, de nuevo compartir lo suyo, aunque sepa qu vaya a recibir palos.
Y como dijo el otro: "El que tenga oidos, que oiga"
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