Admonición 2: El mal de la voluntad propia

Dijo el Señor a Adán: Come de todos los árboles del paraíso, pero no comas del árbol del conocimiento del bien y del mal (cf. Gén 2,16 - 17). Podía comer de todo árbol del paraíso porque, mientras no desobedeció, no pecó. Pues come del árbol del conocimiento del bien el que se apropia de su voluntad y presume del bien que el Señor dice o hace en él; y de ese modo, por sugestión del diablo y por la trasgresión del mandamiento, lo que comió se convirtió en el fruto del conocimiento del mal. Por eso conviene que cargue con la pena.

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