POESÍA RELIGIOSA

1. Rabindranath Tagore (India, 1861-1941)

Tú estás aquí
Abandonaría estos cantos y salmodias y recitaciones de rosario. ¿A quién rindo culto en este oscuro rincón del templo con todas las puertas cerradas? Abro los ojos y veo que Tú, Dios mío, no estás delante de mí.

Tú estás allí donde el labrador labra la dura tierra y donde el peón caminero rompe las piedras. Tú estás con ellos bajo el sol y bajo la lluvia, y tu vestido está cubierto de polvo. Me quito el manto sagrado y, como Tú, bajo hasta la tierra polvorienta.

¿Liberación? ¿Dónde se encuentra la liberación? Tú mismo has cargado gozosamente con los lazos de la creación; estás atado a todos nosotros para siempre.

Salgo de la meditación y dejo a un lado flores e incienso. ¡Qué importa si mi vestido se rompe y ensucia! Es en el duro trabajo y en el sudor de mi frente donde te encuentro y puedo estar a tu lado.

2. Miguel de Unamuno (España 1864-1936)

La oración del ateo
Oye mi ruego Tú, Dios que no existes,
y en tu nada recoge estas mis quejas;
Tú que a los pobres hombres nunca dejas
sin consuelo de engaño. No resistes

a nuestro ruego y nuestro anhelo vistes,
cuando Tú de mi mente más te alejas;
mas recuerdo las plácidas consejas
con que mi alma endulzome noches tristes.

¡Qué grande eres, mi Dios! Eres tan grande,
que no eres sino Idea; es muy angosta
la realidad por mucho que se expande

para abarcarte. Sufro yo a tu costa,
Dios no existente, pues si Tú existieras,
existiría yo también de veras.

En la mano de Dios
Na mão de Deus, na sua mão direita.
A. DE QUENTAL

Cuando, Señor, nos besas con tu beso
que nos quita el aliento, el de la muerte,
el corazón bajo el aprieto fuerte
de tu mano derecha queda opreso.

Y en tu izquierda, rendida por su peso
quedando la cabeza, a que revierte
el sueño eterno, aún lucha por cogerte
al disiparse su angustiado seso.

Al corazón sobre tu pecho pones
y como en dulce cuna allí reposa
lejos del recio mar de las pasiones,

mientras la mente, libre de la losa
del pensamiento, fuente de ilusiones,
duerme al sol en tu mano poderosa.

3. William Butler Yeats (Irlanda, 1865-1939):

William Butler Yeats (Dublín, 13 de junio de 1865 - † Roquebrune-Cap-Martin, Francia, 28 de enero de 1939), poeta y dramaturgo irlandés. Envuelto en un halo de misticismo, Yeats ha sido una de las figuras más representativas del renacimiento literario irlandés y fue uno de los fundadores del Abbey Theatre. También ejerció como Senador. Fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1923.

La madre de Dios
Amor tres veces terrible; llamarada caída
Por el hueco de su oído;
Alas que resuenan por la estancia;
De todos los terrores el mayor: que yo lleve
Los Cielos en mi vientre.

¿Por qué no había encontrado contento entre los asuntos
Que toda mujer conoce,
Rincón al fuego, senda en el jardín,
O cisterna de roca donde lavamos la ropa
Y nos reunimos a charlar?

¿Qué es esta carne que compré con mis penas,
La estrella caída que mi leche sustenta,
Este amor que detiene el latir de mi sangre
O con súbito escalofrío golpea mis huesos
Y hace erizarse mis cabellos?

Plegaria por la vejez
Guárdeme Dios del pensamiento
que el hombre piensa con la mente sola;
para cantar una canción perenne
hay que pensarla
en la más honda médula del hueso.

De todo aquello que asegura
loor a la prudencia de los viejos.
¡Ah, quién soy yo para temer el riesgo
de que me llamen loco, en aras
de una canción!

Rezo —pues la moda es efímera,
y vuelven a privar las oraciones—
porque los años, aunque muera viejo,
me conserven la cálida apariencia
de un insensato,
de un apasionado.

4. Rubén Darío (Nicaragua, 1867-1916)

Canto de esperanza
Un gran vuelo de cuervos mancha el azul celeste.
Un soplo milenario trae amagos de peste.
Se asesinan los hombres en el extremo Este.
¿Ha nacido el apocalíptico Anticristo?
Se han sabido presagios y prodigios se han visto
y parece inminente el retorno de Cristo.
La tierra está preñada de dolor tan profundo
que el soñador, imperial meditabundo,
sufre con las angustias del corazón del mundo.
Verdugos de ideales afligieron la tierra,
en un pozo de sombras la humanidad se encierra
con los rudos colosos del odio y de la guerra.
¡Oh, Señor Jesucristo!, ¿por qué tardas, qué esperas
para tender tu mano de luz sobre las fieras
y hacer brillar al sol tus divinas banderas?
Surge de pronto y vierte la esencia de la vida
sobre tanta alma loca, triste o empedernida
que, amante de tinieblas, tu dulce aurora olvida.
Ven, Señor, para hacer la gloria de ti mismo,
ven con temblor de estrella y horror de cataclismo,
ven a traer amor y paz sobre el abismo.
Y tu caballo blanco, que miró el visionario,
pase. Y suene el divino clarín extraordinario.
Mi corazón será brasa de tu incensario.

A Dios
Yo bien sé que tu fe me ayuda como un báculo,
y sé que la esperanza tiene un ancla de oro,
y que el amor-custodia brilla en tu tabernáculo
y por eso te ruego a veces, y oro, y lloro.

Mas el don que diste de comprender me abruma.
Es una lamparilla para la noche tan vasta
como es nuestra existencia de tiniebla y de bruma.
En veces he mordido dudas candentes, y hasta

he tenido, Señor, el pavor de tu ausencia.
La culpa ha sido del misterioso destino
que hizo gustar al hombre la fruta de la ciencia,
cuya pulpa estaba hecha de veneno divino.

5. Paul Claudel (Francia, 1868-1955)
Paul Louis Charles Claudel (*
Villeneuve-sur-Fère, 6 de agosto de 1868 - París el 23 de febrero de 1955) fue un diplomático y poeta francés. Fue hermano de la escultora Camille Claudel.
Alumno del liceo parísino
Louis-le-Grand, ingresó en la carrera diplomática y representó a su país como embajador en Japón, Bélgica y Estados Unidos (1927-1933).
Representante principal del catolicismo francés en la literatura moderna, toda su obra, en la que hace alarde, por extraña paradoja, de simbolismo y realismo, complejidad y sencillez, polifacetismo y profundidad, aparece informada por una honda inquietud religiosa en la que supo conciliar la
ortodoxia con el modernismo. Académico desde 1946, cultivó la poesía lírica en la que utilizó un versículo bíblico en ritmo libre de propia invención.

Segunda oda (fragmento)
¡Dios mío, ten piedad de esas aguas deseantes!
¡Dios mío, tú ves que yo no soy solamente espíritu sino agua!
¡Ten piedad de esas aguas que mueren de sed dentro de mí!
Y el espíritu está deseante, mas el agua es la cosa deseada.
¡Oh, Dios mío, me has dado este minuto de luz para ver,
Como el hombre joven que piensa en su jardín en el mes de agosto y que ve a intervalos todo el cielo y la tierra de una sola mirada,
El mundo de una sola mirada atravesado por un rayo dorado!
¡Oh fuertes estrellas sublimes y qué fruto entrevisto en el negro abismo! ¡Oh flexión sagrada del largo ramaje de la Osa Menor!
No moriré.
¡No moriré, pues soy inmortal!
¡Y todo muere, mas yo crezco como una luz más pura!
Y así como ellos hacen muerte de la muerte, de su exterminio hago mi inmortalidad.
¡Que cese yo enteramente de ser oscuro! ¡Utilízame!
¡Exprímeme en tu mano paternal!
Saca al fin
Todo el sol que hay en mí y la capacidad de tu luz, que yo te vea
¡No con los ojos solamente, sino con todo mi cuerpo y mi sustancia y la suma de mi cantidad resplandeciente y sonora!
El agua divisible que da la medida del hombre
No pierde su naturaleza que es la de ser líquida
Y perfectamente pura por lo que todas las cosas se reflejan en ella.
Como esas aguas que sustentaron a Dios en el principio,
Así esas aguas hipostáticas en nosotros
No cesan de desearlo, ¡no hay más deseo que de él!
Pero lo que hay en mí de deseable no está maduro.
Que la noche esté pues a la espera de mi partición en la que lentamente se elabora desde mi alma
La gota pronta a caer por su mayor pesantez.
Déjame hacerte una libación en las tinieblas,
¡Como la fuente de la montaña que da de beber al Océano con su pequeña concha!

6. Antonio Machado (España, 1875-1936)

Profesión de fe
Dios no es el mar, está en el mar; riela
como luna en el agua o aparece
como una blanca vela;
en el mar se despierta o se adormece.
Creó la mar, y nace
en la mar cual la nube y la tormenta;
es el Criador y la criatura lo hace;
su aliento es alma, y por el alma alienta.
Yo he de hacerte, mi Dios, cual tú me hiciste,
y para darte el alma que me diste
en mí te he de crear. Que el puro río
de caridad que fluye eternamente,
fkuya en mi corazón. ¡Seca, Dios mío,
de una fe sin amor la turbia fuente!

7. Rainer Maria Rilke (Praga, 1875-1926):
Rainer Maria Rilke (Praga, 4 de diciembre de 1875 - Val-Mont, Suiza, 29 de diciembre de 1926) es considerado uno de los poetas más importantes en lengua alemana y de la literatura universal. Sus obras fundamentales son las Elegías de Duino y Los sonetos a Orfeo. En prosa destacan las Cartas a un joven poeta y Los cuadernos de Malte Laurids Brigge.

[Oración por los insomnes]
Acaso ignores, Dios mío,
cómo son las noches para los que no duermen.
El terror invade aun a los que guardan limpio su corazón,
los sobresalta, como falsos muertos cuando paños negros los rodean,
y crispan sus lívidas manos,
tejidas en una salvaje fiebre
cual perros azuzados.
El pasado les espera todavía
y su vida futura
está llena de yacientes muertos.
Un hombre embozado llama, y entonces
con ojos y oídos anhelantes
sueñan descubrir el canto de un gallo
que anuncie un alba deseada.
Pero la noche es una vasta casa…
Con las manos heridas por el miedo
arrancan las puertas de los muros
y se encuentran en corredores infinitos
sin un umbral que en la noche los libre.
Y así es cada noche, Dios mío,
siempre llena de insomnes que han huido del lecho
y caminan eternamente sin hallarte.
¿Los oyes golpear la oscuridad
con sus pasos de ciego?
En las escalinatas torcidas al vacío,
¿los oyes implorarte?,
¿los oyes caer sobre las negras piedras?
Debes oírlos llorar porque ellos lloran
y yo te busco porque frente a mi puerta pasan
y casi los veo. Pero,
¿a quién debo llamar si no a ti,
que eres oscuro y más nocturno que la noche,
al único que, sin lámpara, puede velar sin miedo,
a ti, el profundo, a quien la luz
no ha corrompido todavía y a quien conozco
porque horadas la tierra con árboles
y asciendes dulcemente
en aroma a mi abatido rostro?

8. Oscar W. de Lubicz Milosz (Lituania-Francia, 1877-1939):
Poeta francés de origen lituano. Fue encargado de negocios de Lituania ante el Gobierno francés (1919-1925). En 1931 obtuvo la nacionalidad francesa. Su producción poética evolucionó del simbolismo inicial (El poema de las decadencias, 1899; Las siete soledades, 1906) a un misticismo teñido de profetismo (Ars magna, 1924; Salmo de la estrella matutina, 1937). También son notables La iniciación amorosa (1910), Miguel Mañara (1913) y sus antologías de leyendas tradicionales lituanas.

El remordimiento
Si vuelvo a entrar en mí mismo y considero
Qué tan largo fue mi día y mezquino mi esfuerzo,
Una sombría desesperación más muda que la muerte
Visita la tumba de mi solitario corazón.

Mientras que de nuestros cantos de cólera o de amor
Un mundo de oprimidos espera consuelo
Musa, imitamos al avaro que se adormece
Junto a los fríos metales confiados a la tierra.

¿Cómo hemos podido sacrificar para siempre
Las tristes vanidades que no duran lo que un día,
Nuestro laurel más bello que un cetro hereditario,

Y qué derecho en este mundo hemos tenido de callar
Las palabras que nos murmura la sabiduría del amor
Desde la llave del Misterio y el amor del Dios viviente?

9. Carl Sandburg (Estados Unidos, 1878-1967):
Poeta e historiador norteamericano, n. en Galesburg (Ill.) y m. en Flat Rock (N.C.). En 1916, con Chicago Poems, se encumbró a la fama, que acrisoló con una larga serie de obras poéticas, como Cornhuskers (1918), Smoke and Steel (1920), Slabs and Sunburnt West (1922), Good Morning, America (1928) y The People, Yes (1936), lanza a describir la ancha tierra, con sus aventureros, segadores y cargadores de muelle, proclamando con creciente claridad y convicción su fe en la capacidad del pueblo para barrer a los políticos engomados y falaces y hacer realidad la promesa de una América grande; con los relatos infantiles Rootabaga Stories (1922), Rootabaga Pigeons (1923) y Potato Face (1930); con la biografía Abraham Lincoln: The Prairie Years (2 vols., 1926) y Abraham Lincoln: The War Years (4 vols., 1939), que obtuvieron el premio Pulitzer de Historia en 1940 y fueron refundidas en un volumen (1954); con la novela histórica Remembrance Rock (1948) y con la autobiografía Always the Young Strangers (1953). En 1950 recibió el premio Pulitzer de Poesía con Complete Poems.



Plegarias de acero
Tiéndeme sobre un yunque, ¡oh Dios!
Golpea y martila transformándome en palanca.
Déjame inspeccionar viejas y flojas paredes.
Déjame levantar y aflojar viejos cimientos.

Tiéndeme sobre un yunque, ¡oh Dios!
Golpea y martilla transformándome en clavo de acero.
Clávame en las vigas que mantienen unido a un rascacielo.
Toma remaches calientes al rojo y afírmame dentro de las vigas centrales.
Déjame ser el gran clavo que sostiene un rascacielo
Y penetra las blancas estrellas en la noches azules.

10. Tudor Arghezi (Rumania, 1880-1967):
Nombre literario de Ion Teodurescu, escritor rumano, n. y m. en Bucarest. En su primera entrega poética, Cuvinte potrivite (Palabras apropiadas, 1927), aparecen elementos del simbolismo y algunas influencias francesas. En sus otras obras líricas -Gîntare omolui (Cántico del hombre, 1956), Stihuri pestrite (Versos abigarrados, 1957), Versuri (Versos, 1959), Frunze (Cobres, 1961)- hay una fuerte tensión existencial que, en sus trabajos últimos, está también impregnada de las preocupaciones del realismo socialista. En prosa escribió Icoane de lemn (Cuadros de madera, 1929), Poarta neagr€(La puerta negra, 1930), Ochii Maicii Domnului (Los ojos de la Virgen, 1935), Cimitirul Bun€ Vestire (El cementerio de la Anunciación,1936) y Ce ai cu mine, vântule? (¿Qué tienes conmigo, viento?,1939).


Salmo
¡Qué solo estoy, mi Dios, y sin hogar!
Árbol errante olvidado en el llano,
con fruta amarga y con hojas
espinosas y ásperas en su viva exasperación.

Anhelo que el pájaro que gorjea
se detenga un rato,
que cante en mí y que vuele
en mi sombra de humo.

Espero pedacitos de ternura;
pequeños cantos de gorriones y andorina
quisiera acoger,
como los árboles frutales de buen sabor.

No tengo néctares y aromas dulces,
ni siquiera el sabor de uva verde,
y. clavado entre eternidad y niebla,
en mi corteza no se posan las blandas orugas.

Alto candelabro, guardias de confines,
las estrellas vienen y se encienden una tras otra
en las ramas tendidas en las aras—
y se te consagran; pero, Dios ¿hasta cuándo?
De florecer sólo con fuegos santos
y de frutar sólo metales, comepenetrado
de los pesados mandamientos y doctrinas,
acaso, mi Señor, harto estoy.

En mi tarea tú me dejaste olvidado,
y me atormento solo y me desangro.
Mándame, Dios, señal de lejanía,
de vez en cuando, algún pequeño ángel,

para que bata su ala en luz de luna,
y vuelva a entregarme tu buen consejo.

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