Aprovechando la buena temperatura y que Raikkonen le hizo pagar la novatada a Hamilton, fuimos un grupito a Pontevedra a dar un paseo. La ciudad, personalmente me encantó, y lo que más me gustó fue un detalle que vi en la Iglesia de san Bartolomé. Es una iglesia Barroca, con un retablo muy bonito. Pero más me gustó el Cristo que está en el lado izquierdo de la Iglesia.
No me llamó tanto la antención el Cristo, que no deja de ser bonito, sino las almas en pena que están a los pies del Cristo. Además, y esto es una llamada de atención a los responsables, estaban muy ocultas. Para hacer las fotos tuvimos que quitar un centro que las ocultaba en parte. De todas formas es un añadido posterior, pero no recuerdo haberlo visto antes nunca en imágenes. En cuadros si.
Es una idea bonita que no siempre se ve: La muerte de Cristo y la salvación de todos los hombres. Y como representación de las almas en pena es también original, sumergidas como están en las llamas.
Pero lo que hizo que surgiera una sonrisa fue una de tallas en particular. Más concretamente la segunda de la derecha, ya que es la representación de un hombre con tonsura. Es decir, un fraile.
Las tallas creo que son del siglo XVIII, por lo que es simpático que entre las almas en pena del infierno representaran a un fraile. Supongo que más de uno en aquella época no le hizo mucha gracia. Pero al mismo tiempo es un buen recordatorio para todos: Todos somos iguales.
Un guiño curioso y simpático
No me llamó tanto la antención el Cristo, que no deja de ser bonito, sino las almas en pena que están a los pies del Cristo. Además, y esto es una llamada de atención a los responsables, estaban muy ocultas. Para hacer las fotos tuvimos que quitar un centro que las ocultaba en parte. De todas formas es un añadido posterior, pero no recuerdo haberlo visto antes nunca en imágenes. En cuadros si.
Es una idea bonita que no siempre se ve: La muerte de Cristo y la salvación de todos los hombres. Y como representación de las almas en pena es también original, sumergidas como están en las llamas.
Pero lo que hizo que surgiera una sonrisa fue una de tallas en particular. Más concretamente la segunda de la derecha, ya que es la representación de un hombre con tonsura. Es decir, un fraile.
Las tallas creo que son del siglo XVIII, por lo que es simpático que entre las almas en pena del infierno representaran a un fraile. Supongo que más de uno en aquella época no le hizo mucha gracia. Pero al mismo tiempo es un buen recordatorio para todos: Todos somos iguales.
Un guiño curioso y simpático
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