Ayer domingo, en el periodico "La Verdad" que se publica en el Estado Zulia, de Venezuela, traía una noticia sobre el índice de suicidios en el pais y como el Zulia es el estado que encabeza la lista. La noticia no traía mucha información interesante, pero en un recuadro venía el testimonio de una señora sobre lo que ha sido el suicidio en su familia. Cuando lo leí me impresionó, por eso quiero darlo a conocer:
Sin tener una explicación científica ni médica de lo que pasa en su hogar, Olga Funemayor relató que en los últimos 22 años ha llorado aseis suicidas en su familia. Su padre, con quien comenzó la cadena, dos hijos y tres sobrinos. Ninguno de ellos tenía, según ella, motivos aparentes para matarse.
"Creo que la condena viene desde que bajé a mi padre después que se aahorcó en el cuarto de nuestra casa en El Bajo. Un año después, mi hija de 17 años también se ahorcó en medio de las cuatro hamacas donde dormían sus hermanos. Unos años más tarde, mis tres sobrinosy el pasado 6 de junio encontré guindado al cuarto de mis hijos", recodaba la comerciante mientras aseguraba que es la única de 11 hermanos que sufre por este tipo de muerte.
"En una enfermedad uno se prepara, pero cuando se matan ellos mismo sólo queda el vacío y el deseo de saber por qué lo hicieron. El único consuelo me lo dio la Poliocia al explicarme que esto era una herencia. Yo no la quiero para mis cuatro hijos y nueve nietos que me quedan. En la noche me aseguro que ellos estén acostados y no colgando. Vivo con la preocuapción de quién será el próximo".
Con la mirada triste, profunda, fija y penetrante, Fuenmayor dijo que nunca se le borrará de su memoria el rostro de sus muertos ni el zumbido del su último aliento. "A partir de la muerte de mi padre emepecé a morir lentamente. De 103 kilos que pesaba bajé a 60 y nunca más he podido dormir una noche corrida, porque siento que a oscuras me reclamarán por no llegar a tiempo".
Señaló que quiere tenerlos de frente para preguntarles por qué se suicidaron sin pensar en el daño que hacían a su familia. Mientas eso ocurre, le pide a Dios que los deje entrar en el reino de los cielos.
Sin tener una explicación científica ni médica de lo que pasa en su hogar, Olga Funemayor relató que en los últimos 22 años ha llorado aseis suicidas en su familia. Su padre, con quien comenzó la cadena, dos hijos y tres sobrinos. Ninguno de ellos tenía, según ella, motivos aparentes para matarse.
"Creo que la condena viene desde que bajé a mi padre después que se aahorcó en el cuarto de nuestra casa en El Bajo. Un año después, mi hija de 17 años también se ahorcó en medio de las cuatro hamacas donde dormían sus hermanos. Unos años más tarde, mis tres sobrinosy el pasado 6 de junio encontré guindado al cuarto de mis hijos", recodaba la comerciante mientras aseguraba que es la única de 11 hermanos que sufre por este tipo de muerte.
"En una enfermedad uno se prepara, pero cuando se matan ellos mismo sólo queda el vacío y el deseo de saber por qué lo hicieron. El único consuelo me lo dio la Poliocia al explicarme que esto era una herencia. Yo no la quiero para mis cuatro hijos y nueve nietos que me quedan. En la noche me aseguro que ellos estén acostados y no colgando. Vivo con la preocuapción de quién será el próximo".
Con la mirada triste, profunda, fija y penetrante, Fuenmayor dijo que nunca se le borrará de su memoria el rostro de sus muertos ni el zumbido del su último aliento. "A partir de la muerte de mi padre emepecé a morir lentamente. De 103 kilos que pesaba bajé a 60 y nunca más he podido dormir una noche corrida, porque siento que a oscuras me reclamarán por no llegar a tiempo".
Señaló que quiere tenerlos de frente para preguntarles por qué se suicidaron sin pensar en el daño que hacían a su familia. Mientas eso ocurre, le pide a Dios que los deje entrar en el reino de los cielos.
Comentarios
Publicar un comentario