A María (II)

Aunque mil años
con cien horas cada día
no me llegaría el tiempo
para darte gracias, María.

Gracias porque eres así...
tan... cercana... y tan madre.
Gracias porque eres así
porque de amor tanto sabes.

Gracias por tu compañía
alo largo de los años...
Siempre tú estás en el fondo
siempre hacia tu manos.

Si yo a ti no te tuviera
tendría que inventarte
para no sentime sola,
para rezarte... y amarte.

Comentarios