Día de todos los difuntos


Cómo todos los años se celebró el funeral por todos los difuntos de la parroquia, en especial por todos los que fallecieron desde el 2 de noviembre de 2005. A las 8 de la tarde, presidida por el Hno. Felipe, parroco, y acompañado por todos los hermanos de la fraternidad capuchina y muchos fieles se celebró la Eucaristía en su recuerdo.

En la homilia Felipe recordó que el día 1 la Igelsia celebra a todos los que viven en la Pascua de la Salvación y el día de 2 recuerda a todos los que murieron en la amistad de Cristo. Todo el mes de noviembre brinda la posibilidad de vivir, de una manera especial, la Pascua de Cristo al recordar a los hermanos que ya están viviendola Este es el día donde las flores, las coronas y, sobre todo las oraciones por nuestros hermanos destacan de manera especial.

También comentó que el más allános plantea preguntas sobre el sentido de la vida y de la muerte. Sobre todo en una sociedad como la nuesta que acalla todo lo que supone la muerte, convirtiéndola en algo parecido a un tabú. Se prefier el silencio a tratar el tema. En la actualidad se prefiere que la muerte esté en los hospitales y los tanatorios evittando que la muerte entre en las casas, donde moría antes la gente. Incluso los jóvenes y niños son "protegidos" contra la muerte evitando que tengan esa experiencia tan natural como la vida. Se llega al extremo de cambiar el vocabulario; ya no se dice que alguien ha muerte, sino que "nos ha dejado".

Por eso recordó que nuestra muerte está relacionada con la de Cristo en quien somos injertados. Si Cristo no muere más es porque ha vencido a la muerte y su victoria nos garantiza la salvación. Usando el texto de la primera lectura de San Pablo: "La muerte ya no tiene dominio".

También recalcó, en esa vivencia cristiana de la muerte que los sacerdotes agradecería que todsos vivan y mueran como amigos de Dios, auxiliados espirtualmente por los sacramentos, en especial la eucaristia, la unción de enfermos y el viatico, mejorando la comunicación entre los familiares del enfermo y la parroquia,

Y, haceindo referencia al evangelio de San Juan que se proclamó, recordó que Crsito ha ido hha prepararnos sitio para todoso nostros. . A muerte, por tanto, no es el final del camino, sino que estamos destinados a vivir con él. Por eso celebramos la Eucarstía en la que recordamos a todso los difuntos.

Finalizó diciendo que el recuerdo de todos los difuntos que están con Cristo de sentido a nuestra vida porque la muerte es sólo un instante y vivir con Cristo paticipando de él nuestra vocación. Deseó que la Eucaristía que se celbró sirva para los difuntos pidiendo para ellos la vida eterna y para todos nosotros nos sirva pidiendo la vida renovada.

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