Para comenzar el tiempo más sublime de la FE

LA CENIZA que Dios quiere

Que no te consideres dueño de nada, sino humilde administrador.
Que no te gloríes de tus talentos, sino que con ellos edifiques a los demás.
Que no te creas santo o te creas algo, porque santo y grande es sólo Dios.
Que no te deprimas ni te acobardes, porque Dios es tu victoria.
Que aprecies el valor de las cosas sencillas.
Que valores más la calidad que la cantidad.
Que vivas el tiempo presente, sin tantos miedos y añoranzas.
Que estés abierto siempre a la esperanza.
Que ames la vida y la defiendas.
Que no temas la muerte, porque siempre es Pascua.

EL AYUNO que Dios quiere

Que no hagas gastos superfluos.
Que tus inversiones las pongas en el banco del tercer mundo y en la cuenta corriente de los pobres.
Que prefieras pasar tú necesidad antes que la padezca el hermano.
Que ofrezcas tu tiempo al que lo pida.
Que prefieras servir a ser servido.
Que tengas hambre y sed de justicia.
Que te comprometas en la lucha contra toda marginación.
Que veas en el pobre y en el que sufre un sacramento de Cristo.
Que esperes cada día una nueva humanidad.

LA ABSTINENCIA que Dios quiere

Que no seas esclavo del consumo, los juegos, las modas.
Que te abstengas de tanta televisión y de tanto DVD.
Que frecuentes menos bares, discotecas y lugares parecidos.
Que no seas esclavo del sexo ni de nada.
Que te abstengas de toda violencia.
Que respetes todo ser vivo.
Que te abstengas de palabras ociosas y necias.
Que te alimentes de la palabra de Dios.
Que comas la carne de Dios.


Comentarios

  1. Me gustó mucho y veo muy acertado lo que escribiste sobre el ayuno y la abstinencia pues creo que un porcentaje muy elevado de cristianos católicos nos obsesionaba el no comer o el no tomar carne en este día. Así vemos que hay cosas mucho más importantes de que privarse y que hacer. Muchas gracias

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